De niña, Karen agradecía si alguien le regalaba una muñeca para jugar, pero que la volvieran loca los carros y los camiones.  

Abrazó tanto su sueño de subirse y manejar un trailer, como su papá lo hacía, que el Universo entero conspiró para que justamente hoy, ya grande, diga con todo orgullo que es trailera.

“Este es un mundo muy machista, donde la mayoría no cree que una mujer pueda ser trailera, pero aquí estoy yo!”, afirma con una sonrisa, porque si alguien ha dicho SI SE PUEDE!, es Karen Zúñiga. 

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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