Los ticos que vivieron la época de oro de la música nacional no podrán olvidar el tema “Violencia” interpretado por la voz estelar del grupo Los Hicsos, Gerardo Ramírez. Este cartaginés interpretó y sigue interpretando ese grito de alto a la violencia (¿Por qué no permites que reine la paz, que reine el amor, que puedan los niños dormir en sus cunas sonriendo de amor?.) y cuántos aún coreamos esta canción como si hubiera sido esta mañana que nos la cantaron o que la vimos en Hola Juventud, allá en los ochentas.
Mientras muchos les aplaudían, cada uno de los miembros de este grupo seguía con su vida y tomaba decisiones trascendentales. Una de ellas la tomó Gerardo cuando se enamoró de la música aunque su padre le había enseñado el oficio de sastre desde pequeño. “¿Cómo vas a ser cantante si en eso no se gana dinero? Me dijo papá. Entonces le enseñé lo que me había ganado en el primer “chivo” como decimos los músicos. Y era tanto que papá no me dijo nada. Eran 5 colones, jajajaja, un montón de plata“, recuerda en esta entrevista.
Lizeth Castro conversa con Gerardo quien hoy, en retrospectiva hace un recuento de las bendiciones pero también de los sacrificios que implicó pertenecer a un grupo que todos los días tenía su agenda llena.
Agenda llena significa que Los Hicsos llegaron a grabar dos discos LP por año (en aquél momento existía la producía Indica), y llegaron a viajar a Norteamérica y Centroamérica con altísima frecuencia. “Durante 3 años prácticamente mi esposa crió a mis 4 hijos sin que yo estuviera físicamente porque siempre me preocupé por ellos pero físicamente en ese tiempo no estaba”, comenta.
Pero no sólo viajamos al pasado sino que hoy Gerardo Ramírez, tiene la misma entrega por la música que canta y el mismo talento que, asegura él, es un regalo de Dios.
Junto con Lizeth Castro, hoy este padre y abuelo hace un repaso por su vida y por eso que con el tiempo se hace más fuerte: su amor por la familia.
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