Desde los ochentas, asociamos el nombre del costarricense Javier Cartín a una voz privilegiada que sigue vigente aún hoy. Músico de alma, su vida de escenarios y aplausos ha estado combinada por matices de su vida personal que lo han hecho aferrarse a la fe para salir adelante.
De cara frente a la muerte inesperada de su nieto de tan sólo dos años, es quizá el capítulo que más lo ha marcado, pero no es el único que le ha enseñado a ser fuerte.
El nos comenta en VIDAS INTENSAS parte de su historia personal en la cual, de no ser por la fe en Dios, se habría quebrado.