Con Wendy la conversación se pasa rápido; ella es dueña de unos ojos vivaces y una voz fuerte que se apodera de una potencia increíble cuando dispara ideas del por qué ama tanto la vida hoy. Ella, que sabe lo que es la depresión, se levantó de las cenizas de su propia autoestima pisoteada y decidió hacerse responsable de su propia felicidad. Madre de un niño de 8 años, empresaria, mujer orgullosa de su género, descubrió un día que su peor enemiga ella era misma y a partir de ese momento dio la batalla. Es un honor tenerla como protagonista en VIDAS INTENSAS para que todas aprendamos que no hay que perder energías sintiéndonos víctimas sino que hay que invertirlas sintiéndonos dueñas