“Suponer es algo que hacemos con mucha frecuencia. Tendemos a hacer suposiciones sobre casi todo a lo largo de nuestra vida. Y aun teniendo la oportunidad de saber lo que ocurre en realidad, muchas veces damos por ciertas determinadas suposiciones”. Este texto fue tomado del sitio en internet “La mente es maravillosa” y lo incluimos como introducción a esta nota porque en efecto, una mañana, Melvin Mora tomó el bus hacia su trabajo y ese día tomó consciencia de la verdadera fragilidad de la vida.
Vivir una segunda oportunidad
Para Melvin Mora el pasado jueves 10 de mayo sería un día como todos. Se levantó a las 3:00 de la mañana; como siempre lo hace, se alistó para abordar los autobuses que lo llevarían desde Moravia hasta Alajuela donde trabaja como Maestro de Obras.
Pero a las 5:40 am, en las cercanías de la oficina de Migración, en la pista General Cañas, sucedió lo inesperado: el autobús en el que viajaba cambió de carril, a unos metros otro bus estaba detenido, no hubo frenos que detuvieran un choque que dejó como saldo veinticuatro personas atendidas, varias hospitalizadas, entre ellas una que fallecería después.
Dura recuperación
Las lesiones que sufrió en tres de sus costillas, así como en la tibia y el peroné de su pierna izquierda, hacen que todavía, una semana después, Melvin siga internado. Fue precisamente en el Hospital del Trauma, donde atendió a la revista Lizeth Castro.tv.
Desde su cama no duda en calificar esta como una segunda oportunidad. “Gracias a Dios estoy vivo y puedo contar la historia, aunque hubo momentos que me sentí muerto. Solo espero que esto sirva para que mucha gente, entre ellos los choferes de bus, reflexionen, que cada uno hagamos bien lo que nos toca”. De esto y más nos habla este hombre aquí en Vidas Intensas y que resume lo que vive como un segundo chance de vivir.
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1 comentario
Gracias Liz, por ocuparte en compartir tan valiosas historias y experiencias, cada vez que puedo te sigo, muchas pero muchas bendiciones