Mauricio Bustamente se levantó un día sin saber que quedaría ciego. Un hombre, en un ataque de furia, le lanzó ácido de batería y jamás volvió a ver. Hoy, Mauricio está casado y tiene dos hijos, a quienes por cierto quisiera ver pero no puede. Aún así, agradece a la vida el don de amar, de abrazar a los suyos, de respirar. En este video, él relata lo sucedido y todo lo que sucedió después de este hecho que marcó su vida.