¿Quien pensaría que una picadura del mosquito Aedes Aegypti le provocaría a Cristel una parálisis total en su cuerpo?
Esto le sucedió hace dos años, cuando tenia 14 y experimentó una de las consecuencias de la picadura del mosquito transmisor del Zika.
Un día como cualquiera, un diminuto mosquito…
Cristel Steller, oriunda de Garabito, Jacó, ni siquiera se percató de la picadura. Simplemente 7 dias después de haber ido a una actividad con la banda del colegio, estaba recibiendo un diagnóstico que cambió su vida. Los doctores se lo dijeron: Tenía Zika y desarrolló el síndrome de Guillain–Barré
Comenta Cristel: “Era muy feo porque unos días antes yo andaba caminando y después no podía ni ir al baño, ni mover los dedos, ni caminar.”
Una bebé grande
Su madre, doña Joyce, lo resume perfectamente: “Era como una bebé grande”, a lo que la hija reacciona: “Todavía un bebé se mueve pero yo ni siquiera me daba vuelta en la cama”.
A doña Joyce no se le olvida la rapidez con la que el Zika mostró su peor rostro al generar el Guillain–Barré en el organismo de Cristel.
Recuerda que luego del dolor de piernas, una enfermera la inyectó y la mandaron para la casa. Al día siguiente vendría lo peor: “Ese día me dijo mami me cuesta respirar. A las 2, 3 de la tarde ya no podía casi caminar y llegando al hospital ya no caminaba”.
Síndrome Guillain-Barré
Cristel llegó a depender de su familia totalmente y no solo dejó de caminar, sino que incluso perdió el control de esfínteres y usó una sonda.

Cristel tuvo el apoyo de sus padres para enfrentar el Zika
Y es que el Síndrome de Guillain–Barré es un trastorno en el que el sistema inmunológico del cuerpo ataca al sistema nervioso periférico.
Luego de dos meses, toneladas de paciencia y mucha terapia física, Cristel recuperó sus facultades. A sus 16 años goza de buena salud pero eso si, jamás olvida que un mosquito tan diminuto le cambió su vida.
Guerra contra el mosquito
Esta historia es una buena razón por la que todos debemos acatar el llamado de la Caja costarricense del seguro social, de ponernos repelente y no tener depósitos de agua estancada. Esta es la forma en que el mosquito Aedes Aegypti se alimenta.
Eso, que suena tan sencillo, puede evitar episodios complicadísimos en la vida de cualquiera de nosotros como lo que vivió Cristel.
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