Para algunos era un día como cualquier otro, para ella NO.
La escena se repitió en su vida varias veces hace ocho años, pero lo vivido no se olvida.
Amalia Ortuño se entrenaba para ir al triatlón de Maryland, en Estados Unidos.
En su mente de triatlonista sabía que en la competencia debía nadar 1800 metros, inmediatamente después montarse en la bicicleta y recorrer 180 kilómetros y terminar corriendo 41 kilómetros ; pero algo sucedía en su cuerpo, y bien sabía que aquel dolor y molestias que sentía, no eran normales.

Amalia siempre fue triatlonista hasta que una enfermedad degenerativa llegó a su vida
Un diagnóstico médico inesperado
Entonces, empezaron los exámenes médicos que determinaron una enfermedad degenerativa y aunque fueron varias las cirugías a las que se sometió, hoy el problema en sus caderas y las dificultades para caminar y desplazarse son evidentes.
Hasta ese momento no era nada raro ver el nombre de Amalia Ortuño Lizano en competencias de alto rendimiento, por eso aquellas palabras significaron para ella como una sentencia: “NUNCA MÁS, le dijeron, PODRÍA VOLVER A HACER NINGÚN TIPO DE DEPORTE”.
Negación, depresión y ¿por qué a mí?
“Al principio fue difícil aceptarlo, no entendí que estaba pasando, simplemente yo quería negarlo todo y seguir adelante pero era algo más grande que lo que yo quería” Le dice Amalia a la revista Lizethcastro.tv.
La realidad se impuso, y las muletas fueron necesarias, y con ellas llegaron las preguntas y la depresión.
“¿Por qué me pasa esto a mí? Esto no es justo, yo hice todo lo que estaba en mis manos para resolver el problema, ¿Por qué yo?”.
Pero hizo algo más y no se quedó ahí. “También me dije: esta no soy yo, y entonces algo tengo que hacer”.
Y llegó el crossfit adaptado para Amalia

Esta campeona decidió jamás rendirse y escogió el crossfit adaptado
Y así Amalia buscó ayuda y se decidió a poner en práctica algo que el deporte le había enseñado: LA DISCIPLINA, NO RENDIRSE Y SEGUIR LUCHANDO. Apareció entonces el crossfit adaptado
Hoy tiene 37 años, practica este deporte que, entre otras cosas, le ha permitido volver a las competencias de alto nivel, con tan buen suceso que puede decir que ES LA CAMPEONA MUNDIAL de esta disciplina deportiva.
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En diciembre pasado ganó por tercera vez el campeonato del mundo, fue en Carolina del Norte en Estados Unidos. Y como si esto fuera poco en enero ganó una competencia más, esta vez en Miami, la llamada Wodapalooza.
Pareciera que Amalia Ortuño Lizano, no se cansa de ganar y por eso su mensaje es algo más que simples palabras. “Luchen por sus sueños, comprueben que si se quiere, se puede lograr; que no hay límites, busquen ayuda y verán cómo los sueños se hacen realidad”.