Mirándole con amor, mientras le cantaba algunos Salmos, con la promesa de seguir cuidando de sus hijos y a través de una pared de vidrio, Rosmy Alberto Quirós, despidió a su esposa Marielos Rodríguez Mejías, el 15 de mayo del 2020. Ella fue la primera mujer que falleció por Covid 19 en Costa Rica.

Escrito por la periodista Wendy Arias/

En #PadresInspiradores de lizethcastro.tv. compartimos la historia este hombre de fe inquebrantable que, desde aquel día, caminó una ruta nueva desde la viudez y asumió el rol de papá sin  su compañera de vida por 21 años.

“Cuesta llenar ese vacío, pero con Mari, mi esposa y con mi abuelita que fue mi mamá, yo aprendí a ver la muerte de otra manera. No es el final, es un nuevo comienzo, es esperanza y ganancia. Le doy gracias a Dios por la compañera que me dio y recuerdo la parte linda de ver cómo aprendimos a amar“.

Don Rosmy, guarda con especial cariño la foto del día que se casó con Mari

Don Rosmy, guarda con especial cariño la foto del día que se casó con Mari

Continúa: “Tomar decisiones sin ella no es sencillo, hace falta la otra parte. Mari hacía un pan de piña que nadie iguala, soy muy chapa limpiando y la casa no está tan hecha un ajito como la tenía ella, sin embargo, el amor trasciende. Tuvimos tres hijos, uno en el cielo, y dos que siguen aquí conmigo. Hemos salido adelante, dando gracias por la oportunidad que Dios nos dio por 21 años.  Emmanuel y Fernanda son dos de jóvenes de 22 y 21 años, increíbles”.

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“LA ENFERMEDAD NOS LLEVÓ A AMARNOS MÁS”

Cuando empezaba la pandemia, Rosmy, de 45 años de edad, estaba en China, por trabajo. Al regresar a Costa Rica Mari, su esposa, le dijo que tenía dolor en su estómago y que estaba muy inflamado. Juntos fueron a cita con el doctor y luego de varios exámenes, el diagnóstico fue un linfoma.

Él nos cuenta: “El 12 de febrero fui a recoger el examen, llevaba unas bolsas decoradas que mi esposa hacía, porque era muy artista en manualidades. Cuando recibí el resultado me quebré, me dolía el alma;  entregué las bolsas y pasé frente a un templo. La puerta estaba abierta, entré, oré y lloré frente al Santísimo Sacramento. Y es que Dios es grande, porque ahí me llené de paz y serenidad. Cuando llegué a mi casa, hablé con mi esposa con todo el amor”.

Mari, debía someterse a ocho sesiones de quimioterapia. Después de la segunda sesión de quimioterapia mostró mejoría. No obstante, estando en descanso del tratamiento, presentó mucha fiebre. Fue cuando se supo que además del cáncer, tenía COVID.  Ese 23 de abril fue internada en el hospital México y dos días después, trasladada a la UCI. 

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EL ÚLTIMO MENSAJE ANTES DE SER INTUBADA

“En la enfermedad nos unimos completamente, fue amor en cada noche que dormí a sus pies. Luego por la pandemia no podíamos estar juntos, entonces hablábamos por mensajes. En la última conversación, antes de ser intubada, me dijo que fuera a ver la Santa Eucaristía por televisión. Yo le envié una foto de los chiquillos viéndola y ella me respondió: Confíe en el Señor y siga adelante”.

Rosmy con su esposa e hijos

Rosmy agradece haber compartido su vida por 21 años con Mari. Hoy él cuida de dos hijos que tuvieron juntos

Mari, estuvo sedada varios días y tardó varios más en despertar. Cuando lo hizo, logró ver a su esposo e hijos gracias a dos video llamadsa. Se tranquilizó cuando supo que la prueba COVID-19 hecha a sus familiares fue negativa, sin embargo, presentó un sangrado y su estado no fue compatible con la vida.

“Dios es maravilloso, no me pregunte cómo, pero el último día pude entrar a la UCI. Yo hablaba con médicos y enfermeras hasta tres veces al día, por lo que cuando llegué me sentí acompañado por todos. Me tenían un cuarto a la par del de ella y solo nos dividía una pared de vidrio.  Le canté hasta su último latido, desde las 9:00am, hasta la 1:30pm que su corazón se detuvo. Su cuerpo lucía como un Cristo. Qué grande es Dios que me dejó estar al lado de ella en la enfermedad y en su muerte”.   

LA VIDA DE PAPÁ, EN LA VIUDEZ

“El día que le dimos santa sepultura, mis hijos estaban llenos de paz y amor de Dios, porque en el sufrimiento es donde Él más está. Hemos ido aprendiendo juntos dividiendo tareas, llevándola en el corazón. Una amiga me contó que Mari le dijo que se sintió amada, Dios no da nada a medias. Todas las personas que oraron y oran por nosotros nos han sostenido.

Rosmy y su hijos Emanuel y María Fernanda, hacen frente a la vida llenos de fe y con Mari en el corazón

Rosmy y su hijos Emanuel y María Fernanda, hacen frente a la vida llenos de fe y con Mari en el corazón

Continúa: “Si un papá está pasando por esto, sepa que la fuerza viene de lo alto y así, sí podemos. Ser padre es gratitud, responsabilidad y misión. Gratitud por este don maravilloso que Dios nos da; Responsabilidad, es nuestro deber, velar y cuidar de ellos; y misión, enseñarles que hay un Padre Celestial que los ama más que nosotros mismos y que la verdadera felicidad está en hacer su voluntad.

Actualmente, Emmanuel trabaja y María Fernanda estudia, y este papá inspirador apoya diferentes obras de bien social de la Iglesia Católica. Juntos hacen frente a la ausencia de Mari, agradeciendo por todo lo que lograron vivir a su lado y haciendo eco del amor que siempre le caracterizó.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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