Desde que era una niña, Marianela sabe lo que es que su papá la llevara, todas las madrugadas, a los entrenamientos de fútbol con el claro propósito de convertirse en lo que es hoy: referí internacional de la Federación Costarricense de Fútbol (FIFA).

Escrito por la Periodista Wendy Arias Artavia//

Hay equipos que ven su esfuerzo coronado y se abrazan, y lloran cuando ganan y celebran.  Marianella Araya y su papá, don Rogelio son miembros de uno de esos equipos.

Se acuerdan que cuando ella, aún chiquilla, se sentaba al lado de su padre para ver los partidos de fútbol, no dejaba de preguntar por todo lo que veía, pero curiosamente con ojos de réferi.  Y el papá respondía. 

Marianella recuerda que desde la gradería le han gritado que su lugar es en la cocina. Pero recordar la voz de aliento de su padre, la ha empoderado

Marianella recuerda que desde la gradería le han gritado que su lugar es en la cocina. Pero recuerda la voz de aliento de su padre y se llena de fuerza

Al llegar a los 15 años de edad, Marianela  dijo lo que estaba decidida a ser: árbitra. El primero en aplaudirle fue su papá, don Rogelio Araya Rodríguez;  su voz de aliento fue el comienzo de una carrera que hoy la ha convertido en parte de la lista oficial arbitral de FIFA. 

Hoy en día, ella es árbitro de la Selección Nacional Femenina Sub 20 y candidata al Mundial Mayor 2023.

En #Papasinspiradores de lizethcastro.tv, compartimos la historia de este padre de 59 años de edad, que dio un voto de su confianza a su hija con total convicción de que llegaría lejos.

El orgullo de papá

Don Rogelio se despertó cada día a las 3:00am para llevarla a entrenar; la esperaba cada mañana para luego trasladarla al colegio o el trabajo y hoy, con orgullo la ve dirigir partidos en las canchas.

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Él nos cuenta: “Desde pequeña le gustaba mucho el fútbol e ir a mejenguitas. A mí siempre me ha gustado este deporte. Llevé un curso con Juan Soto París (ex árbitro nacional y pionero del arbitraje costarricense).  Cuando Marianela me dijo que quería ser árbitra, tuve convicción de que podía serlo y me hace feliz en cada partido. Nunca dudé en apoyarla, pero por más que uno oriente, solo ha podido logarlo por su disciplina  y compromiso. Estoy orgulloso de mi hija”.

Desde que tenía 15 años de edad, Marianela la tuvo clara: quería ser árbitra

Desde que tenía 15 años de edad, Marianela la tuvo clara: quería ser árbitra

Marianela, quien es madre de Santiago, un niño de dos años de edad, y profesora de contabilidad recuerda que, en cada paso, su padre ha sido un pilar importante.

Este “ángel” leal a su hija y a sus sueños, ha formado parte de las árbitras del campeonato masculino de la Primera División, gracias a que en las pruebas físicas alcanzó los estándares establecidos por la FIFA para hombres.

“En la gradería me han gritado que me vaya a lavar platos”

Marianella nos cuenta:  “Nunca me dijo esto es de hombres. Él y mi mamá, -quien también se llama Marianela-, inculcaron en mis hermanos y a mí que el deporte es para todos.  Por eso, cuando muchas veces en las canchas me gritaron que me fuera a lavar platos o a barres la casa o se enojaron porque soy mujer, ignoré los comentarios”

Seis años atrás se convirtió en la primera mujer en casi once años en dirigir un juego de la primera división del fútbol costarricense

Seis años atrás y después de casi once años, se convirtió en la primera mujer en dirigir un juego de la primera división del fútbol costarricense

Continúa: “Cada vez que realizo una prueba, pienso en mi padre y en todo lo que me ha apoyado. Recuerdo que siempre recalca: tenga prioridades, el estudio, el trabajo y el entrenamiento, con disciplina. Una vez tuve los entrenamientos y me chocaban con el trabajo; entonces me dijo: Venga a trabajar conmigo al negocio en las mañanas, en la tarde entrena y en la noche estudia”.

La complicidad de su padre es tal que, la árbitra recuerda con una sonrisa que en una ocasión que debía salir del país su papá le dijo “En esta casa no le va a faltar comida, vaya como árbitro fuera del país. Renuncié y salí a arbitrar”

Don Rogelio apoya a Marianela desde el día uno que quiso ser árbitra

Don Rogelio apoya a su hija Marianela desde el día uno que quiso ser árbitra. Actualmente es profesora de contabilidad y árbitra internacional de FIFA, el camino lo recorre con su hijo de dos años

De Padre a hija

Con un corazón lleno de orgullo, don Rogelio, padre de seis hijos y con ocho nietos, habla sobre esta gran misión: “Ser papá es una bendición de Dios que requiere de responsabilidad, debemos estar presentes, transmitir el amor de Dios, valores; enseñarles sobre el respeto, el trabajo, la honradez. Me siento realizado. Todos me hacen sentir orgulloso”.

Y un consejo sabio de don Rogelio que nos puede servir a todos: “A Marianela y  a todos mis hijos les digo, nunca se crean el mejor ni el peor. Estén dispuestos siempre a aprender. Lo bueno se toma con la mano derecha y se suma, lo malo se toma con la mano izquierda y se deshecha. Estoy realizado y me hace feliz ver lo esforzada que es y lo mucho que ha logrado”.

Don Rogelio con su esposa y nieto

Don Rogelio con su esposa Marianela y su nieto Santiago

Los sueños siguen

Para esta oriunda de Alajuela, a sus 33 años los sueños siguen creciendo con la pasión de la levadura. En su curriculum tiene participaciones en Ligas nacionales, Copas nacionales, Copas Internacionales y Selección Nacional. 

Pero el camino que le falta por recorrer, la ilusiona: “Mi sueño es un Mundial Mayor y Olimpiadas. Cuando me vi en la lista como candidata al Mundial femenino, al primero que llamé fue a papi. Cuando recuerdo todo lo que he recorrido y todos los no que he recibido por ser mujer, me viene a la mente su apoyo y el de mi familia; mi hijo que, cuando ve tacos en una tienda dice: zapatos de fútbol para mamá. Realmente gracias”.

Samuel, es el fan destacado de su madre, igual que su abuelo

Santiago, es el fan destacado de su madre, igual que su abuelo

Marianela finaliza con un corazón agradecido: A papi: gracias por siempre estar, por enseñarme valores, a trabajar y a respetar, es mi gran ejemplo”.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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