Periodista: Wendy Arias //
Hace ocho años, Jimena esperaba ver nacer a su bebé e iba llena de ilusión. Pero la escena que se imaginó estuvo lejos de ser la que en realidad sucedió.
Emergencia en sala de partos
Jimena Chavarría Rojas, dio a luz a Sofía, sin embargo, su bebé debió ser internada de inmediato en neonatología del Hospital de Niños.
El diagnóstico incluía posibilidad de un soplo en el corazón, exceso de bilirrubina y luxación congénita de rodilla (patología muy poco frecuente que se caracteriza por el desplazamiento anterior de la tibia en relación con el fémur).

Los médicos prepararon a los papás de Sofía para que la niña nunca caminara
Que las rodillas parecieran “de gelatina”, como explica ella, es un padecimiento que se ha relacionado con malas posiciones fetales intrauterinas o trastornos genéticos.
Hoy en #MUJERESCINCOESTRELLAS de lizethcastro.tv, compartimos la historia de esta mamá de 33 años de edad, que se aferró a la fe, como única tabla de salvación en un episodio duro e inolvidable.
Jimena echa un vistazo al pasado y nos cuenta: “Durante todo el embarazo tuve la presión muy alta. El último mes de gestación pasé internada. Mi hija nació el 15 de mayo del 2014. Se la llevaron de inmediato y el doctor se acercó a esta mujer llena de dudas. Recuerda: “El doctor me dijo: mamá tiene que estar calmada y pensé: mi hija murió”.
El médico le explicó a Jimena que, su bebé no podría caminar hasta los cuatro o cinco años y que lo haría con algún aparato de movilidad asistida, debían realizar transfusión de sangre por el exceso de bilirrubina y cabía la posibilidad de un soplo en el corazón.

El diagnóstico indicaba luxación congénita de rodilla, la incidencia estimada es de uno en 100.000 casos, siendo algo más frecuente en el sexo femenino
“Una nunca está preparada para estos diagnósticos. Vi a mi bebé a través de una incubadora en medio de tantos niños con diferentes padecimientos, el corazón se me hacía un puño”. Le permitieron alzarla y la sensación nunca se le olvidará: “Cuando la alcé sentí que no tenía rodillas; estaba amarilla y débil”.
Continúa: “Recuerdo a una joven de 16 años, mamá de unos gemelitos prematuros que tenían pocas posibilidades de sobrevivir; ella me dio las mayores palabras de ánimo. Lo mejor que uno encuentra es la fraternidad entre mujeres madres que están pasando por tanto dolor”.
Regreso a casa sin Sofía
Jimena pasó 15 días internada porque presentaba problemas de cicatrización tras la cesárea. Visitaba a su bebé todos los días sin poder amantarla por lo que donaba la leche materna.
Ella fue dada de alta antes que su hija y tuvo que regresar a Guápiles con Cristian, su esposo, pero sin su bebé.
“Al tercer día de visitar a Sofia en el hospital, Jorge, el taxista que me trasladaba me dijo: aquí la espero porque hoy le dan la salida a su hija, hay muchas personas orando por ella. Yo hasta me enojé, le respondí que no jugara con eso”.
Cuando llegó al Centro Médico, esta guapileña se percató de que su hija no estaba en la incubadora y pensó lo peor.
La buscó para saber dónde estaba y la escena que se dio entra en la categoría de increīble. “Una enfermera tenía alzada a la bebé. Nos dijo ya pueden irse a casa con Sofía”.

Sofía es un milagro, en los ojos de Jimena su mamá.
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Hoy Jimena se ríe de que aquél taxista había pronosticado el regreso a casa de la familia completa.
Dios me hizo el milagro
Insistieron en una segunda valoración médica y se confirmó la razón para que le dieran la salida a Sofía.
“Mi hija tenía rodillas, no había soplo, la válvula del corazón había cerrado y no necesitó transfusión de sangre”, recuerda aún sorprendida.
Agrega Jimena: “Cuando leo historias como la de la mamá que sacó a su hija del tanque de agua “ sin vida” y hoy la escucha cantar, yo digo: le creo, porque la Misericordia de Dios me enseñó con el milagro de mi hija que siempre se debe confiar. No esperemos una situación difícil para creer”.

Hoy Sofia tiene 8 años y goza de excelente salud
Mientras Jimena contaba a lizethcastro.tv su historia que llama a mantener la esperanza, teníamos como testigo a Sofía, a quien con cariño llaman Fifi. Ella nos dijo que lo que más le gusta hacer es andar en bicicleta, saltar y correr, algo que cuando nació se pensó que no podría hacer.