Amy Krouse Rosenthal tiene 51 años. Es autora de libros infantiles, para adolescentes y de guías de vida; ha escrito guiones para cortometrajes pero ahora ha escrito el “guión ideal” para su esposo donde no está incluida ella.  Un cáncer de ovario diagnosticado en 2015 la ha puesto entre la vida y la muerte y se ha tomado el tiempo para hacerle una carta al hombre que ama, el padre de sus 3 hijos y con quien ha compartido más de dos décadas juntos, casi tres.  

La carta es particularmente llamativa porque ¿qué mujer le diría a su esposo que cuando ella muera, espera que encuentre una pareja que lo ame porque eso es lo que se merece, puro amor?

Amy tituló su carta “Deberías casarte con mi esposo”, donde relata la vida de ensueño que ha tenido junto a Jason Brian Rosenthal.

Te comparto algunos trozos de este escrito que reflejan el alma agradecida y bondadosa de una mujer que sabe que va a morir pero que no quiere “condenar” a su esposo a la soledad.  El le ha sido leal y ella quiere que alguien más lo acompañe en los días y las noches cuando ella ya no esté.

Parcialmente, su carta dice:

Llevo un tiempo intentando escribir esto, pero la morfina y la falta de hamburguesas jugosas (creo que ya van cinco semanas sin comida de verdad) me han dejado sin energía y han interferido con lo que me queda de capacidad de prosa. Además, las siestas que me pegan a la mitad de escribir alguna oración claramente no han permitido que trabaje tan rápido como me gustaría hacerlo.

“Pero tengo que terminarlo ya porque tengo una fecha límite, una muy cercana. Necesito decirlo, y hacerlo bien, mientras tengo tu atención y todavía tengo un pulso.

He estado casada con el hombre más maravilloso durante 26 años. Planeaba que fueran al menos 26 años más.

¿Quieren oír un chiste morboso? Una pareja casada llega a la sala de emergencias el 5 de septiembre de 2015. Unas horas y varios estudios después, el doctor les indica que el dolor inusual que siente la esposa en su costado derecho no es apendicitis, como pensaban, sino cáncer de ovario.

La pareja regresa a casa el 6 de septiembre, y descubre en medio de la conmoción que ese día que supieron lo que se avecina también es el día en el que empiezan su vida como aves de un nido vacío. La menor de sus hijos acaba de irse a la universidad.

Y tantos planes se desvanecen”.

La carta continúa hablando sobre la forma en que decidieron enfrentar juntos el cáncer y fue básicamente viviendo el hoy y siendo, más que teniendo.  Sigue:

“Empecemos por lo básico: mide 1.78 metros, pesa 72 kilos, tiene ojos color avellana y cabello entrecano.

Ahora va una lista de sus atributos, en ningún orden en particular, porque todos me parecen importantes:

Se viste bien. Nuestros hijos —que son adultos jóvenes—, Justin y Miles, a veces le piden prestada su ropa. Los que lo conocen o quienes llegan a avistar el espacio entre sus pantalones de vestir y sus zapatos saben que tiene un don para usar calcetas fabulosas. Está en forma y disfruta de ejercitarse”.

Amy cuenta en la carta:  “Si buscas a un acompañante de viajes de ensueño, con un espíritu entusiasta, Jason es ideal (…) Ese es el tipo de hombre que es Jason: llegó al ultrasonido de nuestro primer embarazo con flores. Es el tipo de hombre que, ya que siempre se despierta temprano me sorprende los domingos en la mañana al hacer caritas felices con algo que se encuentre cerca de la cafetera: una cuchara, una taza, un plátano.

Esperen. ¿Ya mencioné que es increíblemente guapo? Voy a extrañar ver su cara.(…)

Amy, madre de esta familia, padece de cáncer de ovario

Amy, madre de esta familia, padece de cáncer de ovario

“Si todo les suena a que es un príncipe y nuestra relación es salida de un cuento de hadas, no están muy equivocados, con excepción de todas las posibles peleas pequeñas que surgen cuando vives con alguien durante dos décadas y media. Ah, y excepto esa parte de la historia en la que me dio cáncer. ¡Puaj!

Quiero tener más tiempo con Jason. Quiero tener más tiempo con mis hijos. Quiero tener más tiempo para disfrutar de unos martinis los jueves en la noche en el Green Mill Jazz Club. Pero eso no va a suceder. Probablemente solo me quedan algunos días como persona en este planeta. Entonces, ¿por qué hago esto?

Terminé de escribir esto en el Día de San Valentín, y el regalo más genuino (que no sea un jarrón miniatura) que puedo esperar darle es que la persona apropiada lea esto, busque a Jason y empiece otra historia de amor.

Así que dejaré este espacio en blanco a propósito, para que tú y él puedan tener el nuevo comienzo que merecen.

Con todo mi amor, Amy”.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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