En nuestro correo lcastro@lizethcastro.tv, esta amiga nos escribió: “Tengo una situación complicada, mi pareja dice quererme mucho la pasamos bien, luego de 9 años juntos, le insisto constantemente que nos casemos. El nunca quiso, la verdad no entendí porque Él me decía que le tenía miedo al matrimonio. Yo al final le terminé, nos separamos un año y luego él regresó y me dijo que estaba listo. Iniciamos nuevamente la relación, con el paso del tiempo volvió a decir lo mismo, que necesita más tiempo y yo no quiero darle ese tiempo porque llevamos nueve años en la misma situación. El dice que yo soy una persona egoísta, que el problema de nosotros es que todo tiene que ser como yo quiero y no es así;  es que yo quiero saber que estoy con un hombre que sabe tomar decisiones y que es un hombre seguro y sabe para dónde va. El tema se me complicó un poco porque con todo esto ya no siento deseo sexual y la verdad me siento harta y aburrida de una rutina que sigue siendo la misma, ya no quiero estar con él

El Dr. Rafael Ramos, aconseja:

Siempre he dicho que una relación sin forma, sin proyectos, sin una dirección clara no va a pasar de tener emociones bonitas que progresivamente se van a transformar en frustración, tensión, enojo y reclamos.

Toda persona tiene derecho a exigirle a su pareja un objetivo sobretodo si se está hablando de compartir la vida, esto no es ser egoísta, el plantearle a su pareja que después de nueve años tenga claro que quiere y cómo lo quiere es sano y normal, pues si esto no se define es difícil pensar que la relación va a funcionar sobre todo cuando tienen perspectivas diferentes de lo que significa estar juntos.

Si una persona con el paso del tiempo crea inestabilidad emocional las emociones se transforman porque se vive en medio de dudas y miedos que hacen ver el amor como una fantasía o como una triste historia que no logra transformarse en un proyecto de vida.

Creo que si usted ya no le cree, si el deseo sexual se murió, si las emociones ya no son las mismas entonces es momento para definir y tomar decisiones muy concretas. De nada sirve el amor si mañana no se sabe si vamos a estar juntos.

Hay momentos en la vida en la que una persona tiene que tener muy claro quién es él otro, escuchar su discurso, su conducta y si los hechos no coinciden seguir ahí podría ser una pérdida de tiempo porque moverse en la confusión emocional de otro ser humano es un acto de profundo autoirrespeto.

Lamentablemente ante la indecisión emocional toda persona debe llegar a un punto de no retorno, es válido decir no más es fundamental para establecerle un muro a las promesas sin sentido, sin contenido porque el amor y la duda nunca pueden ir de la mano.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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