“Lizeth mi situación es la siguiente: Mi esposo y yo nos casamos hace dos años. Los dos veníamos de un divorcio, él tiene dos hijos y yo tengo una hija de mi matrimonio anterior. Ahora tenemos un bebé en común. Hasta antes del bebé todo bien, pero resulta que cuando nació, el padre de la mayor ha estado molestando mucho y dice que mi esposo ahora va a ignorarla, que la va a hacer a un lado, y nada que ver. Él la trata súper bien, lo que más cólera me da es que mi exesposo no aporta nada, nunca la ve. Ahora me ha pasado mensajes diciéndome esto, yo le he propuesto que nos reunamos, me pasa amenazando que me va a quitar a mi hija, yo a él nunca le he impedido que vea a la chiquita, pero él no lo atiende. Hasta la novia dice que ellos van a pelear por la niña, mi hija tiene dos años de no verlo;  ella no quiere ver al papá pero es un tema de ella, yo a ella no le hablo mal del papá.  Me siento desesperada y no se qué hacer”

El Dr. Rafael Ramos, Director del CEDHI aconseja:

  1. Creo que un paso inicial fundamental es buscar asesoría legal con un especialista en derecho de familia, para que le aclare el panorama. Incluso hay que valorar si estas llamadas “mortificantes” puedan ser objeto de una valoración legal, pues nadie tiene  derecho a robarnos la paz.
  2. Por otro lado de la mano del abogado, sería deseable buscar un especialista en psicología infantil y valorar el tema de su hija, si ella no quiere ver al papá se debe revisar el tema a fondo, pues si no tiene un vínculo con él en este momento esto responde al abandono afectivo y financiero de estos dos años.
  3. Por otro lado, creo que tiene que hacer caso omiso a este tema, es lamentable que una persona, tal y como usted nos describe, en lugar de centrarse en la reconstrucción de la relación con su hija, lo que haga es llamarla a usted, cuando debería de invertir el tiempo y su energía en restablecer la relación con la hija.
  4. Si una persona tiene un acercamiento sano, con propuestas orientadas al bienestar para con su hija, en buena hora, pues esto es un derecho de la niña y el padre, pero si el acercamiento es desorganizado, molesto, amenazante, si detrás de cada llamada lo que hay son problemas en lugar de propuestas, no se sienta mal, pero tampoco se cruce de brazos, no permita que le roben la paz.
  5. El problema acá no es que nació el bebe, el problema es la forma en la que el padre de su hija mayor quiere acercarse a su hija. Los hijos no son juguetes que se mueven al capricho de las emociones; si él tiene un acercamiento sano, adelante, pero si la forma de hacerlo es molestar y mortificar usted debe de buscar asesoría a la mayor brevedad.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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