“Hola como está Lizeth?, Le escribo porque desde hace mucho tiempo tengo un conflicto interno. Cuando estaba en la universidad conocí a un muchacho. En una fiesta yo me acosté con él, fue algo rápido, más movida por la fiesta y el alcohol que por otra cosa, no fue nada importante, de hecho nunca más lo volví a ver. De eso hace como 14 años. El tema es que mi hermana se hizo de un novio y resulta que es el mismo muchacho. Yo lo saludé y sentí que no me reconoció, o no sé si se hizo el loco. Yo lo vi y sabía que era él, ni siquiera recordaba su nombre pero no sé si debería contarle a mi hermana o si simplemente dejarlo pasar. Yo a ella la veo muy feliz y sólo le he comentado esto a un sacerdote que me dijo que era mejor que lo hablara con ella, que no puedo traicionar a la familia, pero yo no estoy segura de esto, este muchacho ni siquiera se acuerda de mi. ¿Qué debo hacer”
El Dr Rafael Ramos, psicólogo del CEDHI, aconseja:
- Quiero partir del principio de que usted consultó con un sacerdote. Si dentro de su espiritualidad es importante aceptar la recomendación que le hizo, creo que es algo que usted debe definir. Aunque usted es la que determina cuán importante va a ser el criterio que le propuso, yo no veo un tema de traición a la familia en su silencio y más bien lo veo como un acto prudente. En aquel momento ustedes eran muchachos que hicieron locuras, hoy son adultos y creo que pueden tener un criterio más amplio de lo que sucedió, si es que cabe analizar algo que no fue más que un momento sexual en su vida.
- Creo que es importante aclarar algo, han pasado 14 años, es muy diferente ver el pasado, una noche loca de tragos y sexo, con alguien que él ni siquiera reconoció. Usted no estableció una relación con esta persona. Partiendo de esta óptica para usted y para él esto no fue significativo incluso, lo que quedó en el pasado pertenece al pasado.
- Partiendo de que usted no tiene ningún vínculo afectivo con él, no hay consecuencias emocionales que hayan hecho de este encuentro una historia, una relación, creo que muchas veces el silencio puede ser prudente.
- A veces el pasado nos alcanza, pero en este caso creo, que usted no está faltando a la lealtad o traicionado a su familia, porque no hubo un vínculo, fue un momento. La decisión de hablar o no es completa y absolutamente suya, pero analice si esta información contribuye a una mejor y sana relación entre usted y su hermana, y además entre su hermana y su pareja, si usted define la relación de ellos como agradable, bonita, ambos están felices, creo que le tocó a usted resolver esto desde lo interno.
Si esta situación le genera muchísima presión interna, entonces creo que debería buscar ayuda para conocer a fondo todas las aristas del tema, pero han pasado 14 años, lo que se quedó atrás, lo que está vencido, lo que no tiene significado hoy, no tiene porqué resucitarse.