Periodista, Wendy Arias

Samuel, significa la fuerza de Dios y Ezequiel el llamado de Dios, son fáciles de pronunciar y tiene un gran significado. Así explica Evelyn Badilla el nombre quE junto a su esposo, Stallin Núñez, dio a sus hijos. Los gemelitos que nacieron unidos por sus cabezas, hace poco más de un año. Hoy, mientras crecen rodeados por el amor y cuidado de sus padres y su hermanito Francisco, esperan por una cirugía para ser separados.

Esta mujer de incansable sonrisa, abrió las puertas de su corazón a la Revista Digital lizethcastro.tv, para contarnos las alegrías y momentos de prueba que han vivido como familia, desde el día en recibieron la noticia de que sus pequeños eran siameses.

 “Tenía cinco meses y mi estómago estaba muy grande, mi esposo y yo ya habíamos hablado de la posibilidad de que fueran gemelos. En el ultrasonido, le hicimos esa pregunta a la doctora y ella dijo: “Mira, que montón de patitas”-recuerda entre risas-.  Ella siguió observando calladita y mi esposo le preguntó: ¿Comparten alguna parte?, fue cuando nos dio la noticia. Quedamos como congelados, no llorábamos, no reíamos, solo queríamos ir al doctor para que nos dijeran que seguía”.

Desde entonces, para doña Evelyn de 26 años y su esposo de 31 años, los hospitales se han convertido en “su segundo hogar”, el estricto control médico ha sido necesario para velar por el bienestar de sus hijos. Incluso dejaron su natal Coto Brus para vivir en Cartago y estar más cerquita de los centros médicos.  Esta familia ha llegado a pasar hasta 15 días en el hospital, sin embargo, sonríen al contar que han pasado hasta cuatro meses sin tener que visitar el médico.

“No ha sido fácil, la primera semana lloramos mucho, nos asustaba que no pudieran respirar solitos, que algo saliera mal, había mucha incertidumbre, yo creo que salieron todas las lágrimas que tenían que salir. Fui al santísimo y los dejé a sus pies, eso es lo que me ha aliviado la carga. Esperábamos con ansias que nacieran, queríamos verlos y saber que iban a estar bien. Recuerdo que cuando yo iba para la sala de parto, iba en una pura fiesta, claro que al verlos hubo impresión, pero la unión de familia nos hacía aceptar mejor. Desde que nos dimos cuenta que venían unidos por la cabecita, nuestras vidas cambiaron en un 100%, pero ellos mismos nos han enseñado a perseverar, a ser fuertes y a estar en pie de lucha cada día”.

Samuel y Ezequiel, nacieron a los ocho meses de gestación, a pesar de algunas complicaciones, sobre todo respiratorias, los gemelos se han desarrollado satisfactoriamente, el 11 de diciembre anterior cumplieron un año de edad, dicen algunas palabritas, ya tienen dientitos y juegan mucho con su hermano mayor, Francisco de tres años de edad. No obstantes, a pesar de estar unidos y compartir una gran fuerza de aferro y amor a la vida, son muy diferentes.

“Ezequiel es muy alegre, es como el alma de fiesta, pasa haciendo bulla, tirando besos y jugando. Samuel es más serio, cuando esta sonriente hay que aprovecharlo, porque de lo contrario no es de jugar mucho, pero también habla y hace balbuceos. Mi hijo mayor, ha sido muy maduro, cuando los conoció no tuvo ninguna impresión, desde el primer día sus hermanitos fueron perfectos, los cuida y juega con ellos y si lloran dice: mamá corra tienen hambre”, ellos le responden igual, con solo verlo, ya es una sonrisa”.

Actualmente, los pequeños están en espera de una cirugía para ser separados, se les colocaron unos expansores en la piel de sus cabecitas. La cirugía estaba prevista para diciembre anterior, sin embargo, los médicos determinaron que había que esperar un poco más, por lo que se espera que en marzo ya estarán siendo intervenidos. Doña Evelyn asegura que están pendientes y optimistas.

“No hay preparación absoluta, pero si tenemos todo en manos de Dios, le pedimos fuerza para esperar tranquilos afuera de la sala de operación durante tantas horas. Nosotros vivimos el día a día con mucha alegría. Yo creo que esta oportunidad que estamos viviendo, es mágica, ¿Para qué llorar, estar preocupados o tristes?, ellos están con salud. Bloqueemos los malos pensamientos Y no pensamos en lo que ellos no han podido hacer, sino en lo que han podido hacer: tiran besos dicen, mama, papa, juegan con su hermano, sonríen y trasmiten luz y esperanza. Las pruebas hay que vivirlas lo más alegres que uno pueda, si no se van a volver muy amargas”, concluye está joven madre.

 

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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