Con más de 7O años, doña Maria Isabel estaba acostumbrada a resolver la vida por sí sola. Por eso perder la vista fue un duro golpe para esta mujer oriunda de Guápiles. 

Dice  doña María que de un día para otro, esto sucedió. “Me froté los ojos y al abrirlos no vi nada nada. Estaba ciega. No se imagina lo que sentí”.  

Entonces vino lo que se convirtió en algo usual:  ponerse la ropa al revés, pegar en las paredes, en vez de un sartén poner en la cocina un plato y un terrible miedo a salir sola a la calle.  

“Yo siempre he sido muy alegre, pero estaba como triste, asustada porque no veía”, nos dice.

Una hija suya la llevó a ASEMBIS y ahí empezó todo a cambiar. Encontró los médicos y la solidaridad necesaria para recuperar la vista.  Las cataratas en los ojos había que operarlas lo más pronto posible.

El subisidio de ASEMBIS, renace la esperanza

Luego de realizarle un estudio socioeconómico por parte de Trabajo Social de ASEMBIS, se decidió darle un subsidio del 75% de la operación de ambos ojos.

“Me dijeron que me iban a subsidiar el 75% del costo y yo le dije a Dios en mi mente, sera que si, que me van a dar eso? Y Diosito, será que volveré a ver?”.

Se le programaron de inmediato ambas operaciones. 

“Ahora veo clarititico, como una chiquilla de 15, jajaja.  Yo digo que primero gracias a Dios porque El es el que nos da todo y luego gracias a los médicos de ASEMBIS”, nos dice mientras teje, que es por cierto una de sus pasiones que pudo retomar al recuperar el don de la vista.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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