Don Osvaldo Caligaris sabe lo que es el frío de la calle.  Asegura que tiene fresco el recuerdo de una soledad congelante que lo abrazaba cuando era preso de la adicción al alcohol y dormía con la acera, como almohada. 

Pero el drama se profundizaba cada día porque don Osvaldo no veía. “A 25 metros no leía lo que un bus decía y sólo veía manchas”, nos comenta.

Un día pidió ayuda a una pareja que llegaba a darle comida a los hombres y mujeres en condición de calle.  Y ellos lo que hicieron fue decirle que si, sin saber adónde recurrir para que don Osvaldo tuviera una mejor visión.

ASEMBIS en escena

El matrimonio de doña Xinia y don Arturo decidió llevarlo a ASEMBIS. “Nos pegamos un susto porque el doctor lo examinó y le dijo que no sólo tenia cataratas sino un glaucoma.  Nos dijo que habia que operarlo ya!. Y pensamos mi esposa y yo, con qué plata!”.

Pero el problema fue resuelto con prontitud, para sorpresa de todos.

ASEMBIS estudió el caso con su departamento de Trabajo Social.

“En eso sonó el teléfono, días después. Nos dijeron que era de ASEMBIS. La trabajadora social nos anunció que donaria el 1OO% de las operaciones en ambos ojos”, recuerda emocionado don Arturo.

De esta forma, don Osvaldo no solo recobró la vista sino que salió de su condición de calle y entró en un programa de rehabilitación.

“Yo con mis ojos viendo, me sentía persona.  Imagínese, a mis 6O con una vista como de un chiquillo de 15!, qué más puedo pedirle a la vida”, nos dice riéndose.

Es asi como la solidaridad escribe una página más en que ASEMBIS transforma la vida de una persona más.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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