La primera vez, pues ha estado dos veces, fue en mayo del 2018 cuando por problemas en los músculos que están alrededor de sus pulmones, debió ser internada en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Una vez allí, a Paola Bravo, de 30 años, le introdujeron un tubo por la garganta que le llevaba el oxígeno que necesitaba.
De esas unidades (UCI) se escucha todos los días en la conferencia de prensa que dan las autoridades del país cuando informan del número de pacientes que dieron positivo por COVID-19, y cuántas requieren una de estas unidades.
Ya de por sí el nombre de Cuidados Intensivos dice mucho, pero en la revista lizethcastro.tv nos dispusimos averiguar qué hay en una unidad de estas y así se lo preguntamos al doctor César Quirós Santana.
Una UCI por dentro

Una UCI, por dentro…
Paola, la protagonista de nuestro relato, recuerda lo que vio y vivió en las dos ocasiones que ha estado en una UCI: “Son salas pequeñas, solo hay 7 u 8 camas, en ellas se vive una gran tristeza y ansiedad, los pacientes están postrados o dormidos”.
El doctor Marco Vinicio Williams nos comentó que “unidades de éstas no hay en todos los hospitales, solo en San José y algunos de la periferia”.
Prácticamente se tiene un enfermero y un médico por paciente las 24 horas del día.
Paola recuerda: “Familiares míos solo tenían 15 minutos en la mañana, al mediodía y en la noche para verme. Yo no me puedo imaginar ahora con el COVID las visitas son nulas, si a mí se me pasaba el día esperando tener 15 minutos para ver a algún familiar, que difícil debe ser hoy en día “.
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Ella agrega categóricamente “a veces la gente no entiende o no dimensiona que es una Unidad de Cuidados Intensivos y lo que pasa, estoy segura que a nadie le gustará la noticia de que alguien ya no está, sabiendo que se pudo haber tomado otras medidas”.
El número de estas Unidades en el país son limitadas y aunque solo algunos con COVID-19 las requieren, uno de los grandes dramas médicos en el mundo, por esta pandemia, ha sido que se tenga que decidir a quién se interna y a quién no, a quién se le pone un respirador y a quién no, porque son escasos para tanta gente enferma gravemente a la vez.
Sí, esto sin duda, no es un juego.