“Ama a tu prójimo como a ti mismo”, dice el versículo y ella lo hizo real.

“Yo tengo ese riñón”

Aplanchaba, como muchas veces lo hacía, pero esta vez sería diferente.  A unos cuantos metros,  su esposo y sus hijos veían la televisión. Algo que oyó, captó su atención: un hombre contaba que necesitaba un riñón, o si no moriría.

Cuenta Eloíssa Jiménez, que cuando ella escuchó al hombre decir que estaba al borde de la muerte, “Mi corazón no dejaba de palpitar, cada vez lo hacía con más intensidad. El reportaje en la tele estaba terminando y en ese momento pedí que anotaran el número de teléfono que dieron. Me preguntaron ¿para qué?, y entonces yo dije: toquen mi corazón, puede sonar inexplicable pero me dice que yo tengo ese riñón que él ocupa”.

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Ella agrega “todos pusieron una cara como diciendo: ¿qué le pasa, está loca? Entonces les pregunté ¿Qué piensan si yo dono ese riñón? ¿Me ayudan? Y todos dijeron que sí, me imagino que pensando que no era compatible y que aquello se iba a quedar ahí”. Pero no fue así, logró hablar con aquella persona de la que se hablaba en el reportaje y se puso en marcha el “operativo” para salvar la vida de aquél desconocido.

Eloíssa le preguntó a su familia qué opinaban si ella donaba el riñón "Y todos dijeron que sí"

Eloíssa le preguntó a su familia qué opinaban si ella donaba el riñón “Y todos dijeron que sí”

La necesidad de un riñón, sí o sí

Precisamente la revista lizethcastro.tv contactó a Niger Picado, quien recibió el riñón y él nos relató lo que para ese entonces sucedía.

“Ya mis riñones no funcionaban, cada día y medio iba al hospital a que me sacaran toda la sangre, la purificaran y la metieran de nuevo. Hemodiálisis se llama eso, dos años duré en el proceso. Estuve nueve meses sin orinar, imagínese, no podía tomar ningún líquido. Cuando tenía sed los doctores me habían dicho: coja un cubito de hielo póngaselo en la boca un momento e inmediatamente después vótelo”.

Aunque en algunas ocasiones hubo un riñón para el trasplante, algo sucedía  y no se podía proceder con la donación, ni siquiera con alguien de su familia. Pero con Eloíssa sería diferente.

Reunión de la familia de Eloíssa y Niger (Cortesía Eloíssa Jiménez)

Reunión de la familia de Eloíssa y Niger (Cortesía Eloíssa Jiménez)

Críticas, preguntas y una propuesta

Eloíssa vio el reportaje en diciembre y a partir de entonces empezaron los exámenes para saber, entre otras cosas, la compatibilidad de aquel órgano con el cuerpo al que iría.

Seis meses después ella estaba en una camilla de hospital, porque al día siguiente se efectuaría la operación del trasplante.

Las críticas no faltaron, igualmente las preguntas y hasta una propuesta. “Recuerdo que fui muy criticada por lo que iba a hacer;  muchos me cuestionaron que si estaba segura. Hasta una pariente intentó que no lo hiciera. Varios doctores me preguntaron si hacía aquello por dinero. Y hasta hubo quien me propusiera que le diera mi riñón a un muchacho y no a Niger” le comentó doña Eloíssa a la revista lizethcastro.tv .

Pero a ella nada de eso le importó, ni la edad de la persona que sería trasplantada, que para ese entonces tenía 56 años, ni que no fuera familiar suyo.  Solo sabía algo que hoy reafirma con estas palabras: “FUE LA VOLUNTAD DE DIOS, Y SÍ QUE VALIÓ LA PENA MIL Y MIL VECES”.

La familia de Eloíssa y Niger se han reunido para celebrar la vida

Niger compartiendo con su hija y con una hija de Eloíssa

Cero dolor y mucho llanto

Eloíssa no sintió el más mínimo dolor con la operación, es más, nos cuenta que fue operada un miércoles y que el domingo estaba en su casa y que el día siguiente fue hasta a comprar el diario.

Todo esto lo recuerda al igual que la primera vez que vio a Niger después de la operación, y lo que se dijeron.

“La primera vez que lo vi no tiene idea la emoción que yo sentí, fue ahí mismo en el hospital, nos dimos un abrazo, y él me dijo: GRACIAS POR SALVAR MI VIDA, no pudo hablar más, él lloraba. Y yo igual me puse a llorar.”.

Todo esto sucedió hace 17 años.  Hoy Niger y Eloíssa no solo comparten un riñón, sino que se consideran familia. Se ven tres o cuatro veces al año y viven diciendo algo que ellos comprobaron: QUE EL AMOR ES BONDADOSO, PIADOSO Y QUE TODO LO PUEDE.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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