En diciembre de 2O18, la Navidad de Lucía Pineda olía y sabía a prisión.
Hoy, mientras camina por la capital costarricense, la periodista nicaragüense tiene muy claro cuál es el mejor regalo que la vida le da en el cierre de este 2O19.
La madre de Lucía es costarricense y su padre, ya fallecido, era nicaragüense. Por eso, el café chorreado, a lo tico, le fascina. Pero la periodista suspira por su Nicaragua, por una Nicaragua libre, sin represiones, donde se informe sin temor.
Lucía estuvo 6 meses en prisión y vivió momentos de tortura que jamás olvidará. Sus derechos le fueron pisoteados, según nos cuenta. “Tuve que defecar en mi mano porque el servicio de la celda estaba rebalsado”, recuerda.
“Este año voy a vivir plenamente la navidad, porque el año pasado me la secuestraron”, afirma.
Lucía Pineda nos dice que la vida que vive en libertad es uno de los regalos más grandes que la vida le da.
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