En la sala de su casa, doña Melba Jimènez recibió a la embajadora de Palladio CR. una servidora y a nuestro equipo de grabación.

Es lunes y los 26 niños que tiene en este momento, andan en la escuela y el colegio. Momento oportuno para que conversemos con algo de silencio.

La escuchamos atónitos:  La historia inicia cuando doña Melba tenia 25 años y la vida la probó con una grave enfermedad para su cuarta hija. ‘

Estando en el Hospital sucedió algo que no tenía presupuestado en su angustia de madre: “Un médico me dijo que mi hija no iba a sobrevivir.  Pero luego, además, me pidió que si podía cuidar a otro niño que habían abandonado con un cáncer de páncreas en fase terminal. Le dije a mi esposo que lo recibiéramos y asi fue”.

Para ambos casos decidió dar la lucha porque cuidó a su hija e hizo como suyo a aquél niño.  Y como los milagros de amor ocurren todos los días “Mis dos niños se salvaron!, Dios me lo concedió”, recuerda con una sonrisa.

Este fue el inicio de un camino impredecible que han recorrido.

“Siempre los recibiré”

42 años después de aquel primer episodio, han pasado 12O niños por este hogar.  Todos, han sido enviados por el PANI.  Todas las edades, los padecimientos y las ilusiones más coloridas, han vivido en esta casa.  Actualmente hay 26 niños de doña Melba en escuela y colegio.

“Me veo viejita rodeada de niños, no puedo imaginarme otra vida más que esta. Amo esta vida. Siempre recibiré a los niños que me manden”, asegura.

¿Cómo hacen económicamente?

Donde viven en Tibás, su casa tiene 3 pisos y 12 dormitorios, por cierto “esta casa fue donada como respuesta de Dios”, afirma.  7 kilos de arroz diarios son cocinados para todos y eso es apenas una muestra de todos los gastos.

Doña Melba nos explica:  “Dios provee.  Soy incapaz de pedir un cinco porque le debo esta misión a Dios y jamás comerciaría con mis hijos”.  Doña Melba nos cuenta que le tocan la puerta para darle diarios y a veces, algo más, justo en el momento en que lo ocupa. 

Nos contó que un día tenían en sus manos una deuda de un millón de colones en agua y luz. “Qué angustia, Dios Santo!  Y me toca la puerta un hombre, se llama don Victor. Me dijo que le dijera la lista de necesidades. Le conté de esos recibos que debíamos y ha de creer que desde hace 6 años, todos los meses, él nos paga esos recibos”.

Casa de pan

Milagros de amor, todos los días, eso es lo que descubrimos en esta entrevista de Lizeth Castro y Palladio CR.

Hoy doña Melba llama a su hogar CASA DE PAN.  De esta manera es que tienen en facebook una página por si alguien los quiere contactar.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

2 comentarios

  1. Seiris Castillo Campos on

    Me encantan todos sus comentarios.. Son para mi muy valorados y de gran enseñanza y ayuda.. Gracias. 🤗

  2. Cecilia Reyes Castro. on

    Que bendición y que misión tan grande.
    Todo lo que hacemos a Los demás y especialmente a los más pequeños y vulnerables se lo hacemos a Jesús.