Periodista: Wendy Arias
Dani, como le decimos de cariño a Daniel León, el niño al que conocimos hace cinco años cuando necesitaba un trasplante de médula ósea en el extranjero, y unió a los costarricenses para lograrlo, ha sido sometido este sábado a un nuevo procedimiento quirúrgico.
En lizethcastro.tv conversamos con su mamá, Zaida Calvo, quien nos contó cómo se recupera aquel niño que hoy es un joven de 16 años de edad, el cual sigue amando los videojuegos, los legos y ha sumado a la lista de pasiones la guitarra y el tenis.

Tras casi cinco años del trasplante, Dani fue sometido a un procedimiento exploratorio y de dilatación del esófago
Explica: “Este mes de agosto, Dani cumple cinco años del trasplante y gracias a Dios ha estado muy bien. Su cuerpo ha aceptado a su nueva médula, sin embargo, cuando se realiza un procedimiento de estos, se puede presentar un injerto contra huésped (las células inmunitarias trasplantadas – el injerto- atacan el cuerpo del receptor – el huésped-) Nada grave, pero que debe tener un tratamiento”.
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Hace un par de años Dani empezó a tener complicaciones para tragar y tras varios exámenes, los médicos descubrieron que se había formado una membrana en su esófago que impedía el paso de alimentos o incluso de saliva. Por esta razón, este sábado Dani fue sometido a un procedimiento exploratorio y de dilatación del esófago.
“Mamá puedo tragar!”
Doña Zaida continúa: “Dios ha abierto puertas y una gran especialista en gastroenterología le ha atendido, pues por todo esto del hackeo a la CAJA no hemos podido por esta vía. Fue una cirugía ambulatoria, por lo que ya Dani está en casa. De momento solo puede tomar líquidos, pero está bien, siempre con mucha fuerza y una sonrisa. Cuando despertó me dijo: mamá puedo tragar y empezó a llorar de felicidad. Dios sigue teniendo el control y agradecemos todas sus oraciones para seguir viendo milagros”.

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Dani es un muchacho con excelentes calificaciones en el colegio, le encanta la música e inspirar con su testimonio; dirige un grupo de jóvenes en la Iglesia y sigue bridando un abrazo solidario a quienes necesitan un trasplante de médula gracias a Fundación Sonríe Conmigo . Además, trabaja los domingos en la cafetería de su familia Daisu, la cual tiene más de 200 juegos de mesa, pues es otra de sus pasiones, y su nombre significa “dado”, por cierto idea de él y de su hermano.
“Viajamos una vez al año a Estados Unidos para dar seguimiento al trasplante. Este año, si Dios quiere, será dado de alta, yo le digo a Dani que le diga a su médula que se sienta en casa, que ese es su cuerpo que no haga más berrinche -dice entre risas- Estamos eternamente agradecidos por cada oración, por toda la gente que donó aún sin conocernos, por todo el amor a mi hijo, que es un milagro que veo despertarse cada mañana”. Finaliza esta mamá llena de fe.