El COVID-19 ha obligado a poco más de 8 millones de habitantes de Suiza ha aislarse en sus casas. Una de las personas que vive en aislamiento es la orotinense Ginette León Ramos, una tica de 32 años de edad que emprendió en enero de este año la aventura de estudiar y trabajar en ese maravilloso país que hoy también está luchando contra el COVID-19.
Ella vive en la parte francesa de Suiza y le comentó a la revista lizethcastro.tv, que al inicio no entendía bien de qué se trataba la emergencia. Poco a poco los números fueron confirmando que el COVID-19 era un virus que iba tomando fuerza país por país.
En este momento Suiza cuenta con 2,772 casos confirmados, 21 personas fallecidas y 44 recuperadas.
Multas: O por las buenas o por las malas
Todo en Suiza está cerrado. Sólo hospitales y algunas farmacias permanecen abiertas.
No hay razón para que las familias estén en los parques, sólo si sacan una mascota, algunos minutos, a caminar.
La disposición de las autoridades es que sólo una persona por familia puede entrar al supermercado. El resto de la gente no tiene nada que estar haciendo fuera de casa.
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Aunque lo ideal es que los habitantes comprendan la cuarentena para controlar la pandemia, en Suiza es legal aplicar una multa para quien desobedezca las disposiciones del Gobierno.
Nos comenta Ginette: “A partir de hoy empiezan las multas. Por persona la multa es 1500 francos, unos 850 mil colones. Todo está paralizado”.
Ginette trabaja como niñera y en este momento se quedó sin ingresos porque los papás de los niños que cuida están en casa. “La situación es muy dura, dura, dura”, indica.
“No me quiero ir a Costa Rica. Jamás, aunque quisiera ver a mi madre! . Vivo en uno de los lugares en alerta roja por el COVID-19 y no quiero ir a mi casa a infectar a nadie“, comentó.

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