Katherine Murillo es una guerrera tan femenina como cualquier otra, con la salvedad de que para rescatar su vida del cáncer de mama se sometió a una mastectomía radical.  Ella y los médicos coincidieron en que quitar ambas mamas era lo más recomendable y así se procedió a sus 46 años.  

Primero hubo una mastectomía parcial y luego, al volver a aparecer la enfermedad, no hubo más remedio que decidir que sus dos senos ya no estuvieran más para evitar más riesgos.

Con una claridad impresionante, atendió nuestro llamado para hacerle una entrevista y dijo que cualquier parte del cuerpo no te hace más o menos mujer;  Katherine sabe que el alma femenina va más allá de las uñas, las caderas o los senos. 

En Octubre de 2016 nos encontramos en la casa de una de sus mejores amigas.  Katherine no tuvo reparos en decir que para efectos de nuestro video y fotografías, se quitaría la blusa para mostrarnos las cicatrices que le recuerdan que ella es fuerte, increíblemente fuerte. Cáncer de mama, en su caso, no es sinónimo de renuncia, ni de debilidad;  es más bien el recuerdo de que los obstáculos son sólo eso y que con fe y ganas de vivir se puede salir adelante.

Madre de dos hijas, esta mujer cuenta la forma en la que enfrentó la noticia del cáncer no sólo la primera sino la segunda vez también.  Te comparto su testimonio inspirador.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

1 comentario

  1. Creo que es gran historia y realmente una gran guerrera todas las personas deberías de consentidas la importancia de la prevención contra el ca mamá. Mil bendiciones a las dos a Katerin y a Lizeth.