Cuando tengo frente a mí a don Amado, tengo claro que estoy frente a un abuelo-papá millonario. Su fortuna nadie se la puede robar porque la lleva en el alma y es su gran capacidad de amar.
Conversamos sobre un episodio dramático. Una de las hijas de don Amado falleció tras una enfermedad y un mes después murió el esposo.
“Algo habia que hacer”
Aquello era un drama pero este abuelo y la abuelita, en aquel entonces, resolvieron traerse a los nietos. Solo había que echarle más agua a la sopa y darles amor, porque aunque el dinero no sobraba, si lo hacia un sentido de protección que cubrió a los 5 nietos.
No vieron problema en que hubiese que alimentar tantas boquitas, vestir a los niños que aún estaban en edad escolar y velar por ellos. “Nunca fueron una carga. Yo los veo como mis segundos hijos”, dice sonriendo. “Luego mi esposa murió y me quedé haciendo de todo, pero ahi salimos adelante“.
Qué hombre más completo, cuánta bondad sin esperar nada a cambio.
A este abuelo-papá lo conocimos en la Tienda Gollo en Zapote y merece nuestro aplauso de pie.
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1 comentario
Admiro increíblemente a esta estupenda mujer, periodista y gran ser humano. Bendiciones Lizeth