Para amar se ocupa un corazón latiendo; para amarse a uno mismo se necesita la convicción de que cada uno es una obra de arte irrepetible llena de bendiciones. ¿Se tienen brazos, piernas, ojos, oídos? Eso es parte de una lista que muchos “suponen” es indispensable para llegar a la felicidad, pero esto no siempre es así.

De eso se trata este video de una madre y su hijo, ambos sin brazos por una enfermedad congénita muy inusual.  La padecen 1 persona por cada cien mil.  Viven en Illinois, Estados Unidos.

Lynda Bannon y su hijo Timmy comparten algo más que una misma sangre, incluso algo más que el hecho de no tener brazos:  son dueños de una fortaleza impresionante que hace que registren más lo que tienen que lo que no tienen.  Ambos, igualmente, salen adelante en la vida, agradecidos y convencidos de que poseen todo lo necesario para ser felices.

Navegando me encontré este video inspirador.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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