Fue amor a primera vista. El la vio en el parque y se fue a hablarle. Le propuso vivir la vida juntos. Si. Así. No me he saltado ningún paso entre verla en el parque, hablarle y proponerle que vivieran juntos el resto de su vida. Luego de eso ella guardó un segundo de silencio y le dijo sí. Repito que no me estoy saltando ningún paso en esa conversación que sucedió hace 81 años. 81 años, por si no lo leíste bien. Echaron alguna ropa, cada uno en una bolsa y se fueron a decirle al mundo “Aquí estamos, que empiece la fiesta”.
Esta historia hay que verla. Jamás han dormido separados. Todas las noches, uno junto al otro, se dan calor. Muchos hijos, nietos, bisnietos, sí, pero ellos se tienen el uno al otro. Los demás van y vienen, pero ellos juntan las manos y siguen viviendo “el resto de sus vidas” juntos. Ella hoy tiene 98 y él 100. Es una historia de cuento porque se encontraron el día menos pensado y más esperado. Príncipe y princesa sin dinero, con amor y eso los hace sentirse millonarios. Esa sonrisa que tienen en el rostro no la tienen muchos que sólo cuentan con dólares.
El escenario es México y a cualquiera deja boquiabierto. Ojo como ellos mismos cuentan aquél momento tan decisivo. Ver para creer. Velo. Vas a creer.