Belleza, fama y fortuna eran amigas de Jada Pinkett Smith, actriz y esposa del actor y productor de cine Will Smith. Pero nada de esto había vacunado a la madre de Jaden y Willow, contra una de las enfermedades más poco usuales entre las mujeres y que no tiene cura: la alopecia de tipo cicatricial, una caída de cabello progresiva.
Siempre con los reflectores sobre cada cosa que hace, Jada, de 48 años, asegura que hasta hace dos años su cabello era parte de ese sello personal que la caracterizaba. La vida, de un modo directo y claro le enseñaría que la autoestima no puede depender de algo que puede cambiar tan radicalmente.
Luego de entrar en shock, fue común verla con turbante queriendo disimular algo que la tenía sumida en la depresión.

A sus 46 años, Jada Smith fue dianosticada con Alopecia
Fue luego de algunos meses que Pinkett Smith pudo llegar a la siguiente conclusión: “Voy a inspirarme en la fuerza de voluntad que tienen otras personas que están pasando por cosas de verdad horribles, como el cáncer o tener un hijo enfermo. Veo lo valientes que son cada día y lo cierto es que me siento más arropada cuando los tomo como ejemplo“, aseguró.
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