Trabajo por necesidad.

Una urgente necesidad de sentirme persona. De contratarme a mí misma para ser mi mejor jefe y mi mejor compañera.

Tengo necesidad.  No veo problema en eso. Necesito ganar mi afecto propio cada día y ofrecer las mejores prendas que luce mi alma: pasión por lo que hago, compromiso por aprender y disfrute del día a día.

Necesito trabajar, lo admito; ocupo ocuparme en el día de hoy porque merezco escribirlo con mi propia letra, porque aunque otros me quieran dictar y me vea tentada a copiar,  soy al final yo, y sólo yo, quien al morir converse con Dios sobre los segundos duros y desafiantes que viví trabajando en lo que amo. Cuánto agradecimiento tendrá nuestro abrazo. Digo “nuestro” porque imagino que el mismo Dios se reirá conmigo de lo que hicimos;  El, al darme estos dones y yo al ponerlos a funcionar.

Trabajo por necesidad.  Qué hermosa necesidad, la de sentirme viva.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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