“Sí acepto”. Me lo ha propuesto y he dicho que sí.

La vida me ha propuesto que nos casemos, que en la salud y en la enfermedad nos abracemos;  me propone que en la abundancia nos celebremos por lo más alto, riéndonos duro, bailando hasta cansarnos, brindando con el mejor vino (el agua transformada en vino sabe maravillosa).

Me propone que en la carencia nos sentemos juntas a llorar, hasta con permiso de sentirnos un poco desgraciadas y luego me propone que soltemos, dejemos ir, para tomar lo que viene que sin duda será mejor que aquello que no está. 

Me propone que si todo va bien, sigamos por ahí pero que yo le pregunte a ella si quiere cambiar de rumbo y yo esté abierta a que lo bueno evolucione hacia lo mejor.

Me propone amarnos más allá de este mundo sabiendo que  la Vida mayúscula está a la vuelta de la esquina.  Algunos lo llaman muerte pero nosotras lo llamamos luz infinita.  Es una luz tan abrumadora que a mí me da miedo pero cuando suceda, este pacto de amor seguirá en pie.

Le pregunté ¿dónde firmo? y me volvió a ver con ternura para luego decirme: “Firmaste con tus ojos cuando me miraste con amor, firmaste con tu corazón cuando palpitó al decir que sí, firmaste con tu alma con sólo escucharme y llorar de emoción”. Y entonces de nuevo le dije “Sí, acepto” porque las palabras crean.

La vida me propone que seamos compañeras para siempre y para siempre es cada día.  Le he dicho que sí.  Desnudas de egos consumamos nuestro amor en la simpleza de este “sí, acepto”.   Abro los brazos a lo invisible que es tan real como lo visible.  Y todo empieza a fluir. “Sí acepto”.

Te recomiendo de Archivo:  “De amor nadie muere, hija”

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

2 comentarios

  1. Olga María Quesada Huete on

    Me parece lindo e interesante, para la mujer que por diferentes motivos se queda sola con la vida, está bien, y en fe: Quien es la Vida ?