Un intruso en mi camino, ese es el miedo. Un distractor, asaltante sin descanso.  Yo trato de avanzar, me lo topo y él me estira la mano pidiéndome monedas, comida, lo que yo tenga.  Lo compadezco.  Le doy lo que me pide.  Luego de varios días él va engordando y yo adelgazo.  Pasan meses, años, lo veo crecer y yo más pequeña;  bajo la mirada frente a la suya y le doy incluso lo que no me ha pedido.  Me es más fácil decirle sí a que no. porque cuando he querido negarle lo que me pide,  me insiste.      

De eso me dí cuenta un día, entonces me senté a conversar con él, en el caño de la acera, tranquila, en paz.

El diálogo fue entre amigos y yo lo inicié.  Lo ví a los ojos.  El también. Le sostuve la mirada mientras le decía: “Ya no te quiero dar nada más de mí.  Estás más fuerte y yo más débil. Andate, buscate otra calle, otra víctima, porque yo ya no lo soy más.  El tiempo sigue y no se detiene porque yo me debilite mientras vos te fortalecés. Ya no más.”

Quizo venderme su argumento:  “Pero talvez porque yo aparezco en tu camino, no has corrido riesgos; alguna gente que ha llegado lejos, luego se ha tenido que devolver”.  Lo sigo viendo a los ojos y le digo con voz firme: “¿Y cuál es el problema? Son más sabios!.  Además, miedo, seguir o devolverse, qué importa si Dios va delante mío. No te necesito. Me estorbás, me paralizás, me distraés.  No te quiero más.  Andate y no volvás. Yo no negocio con vos.  Recupero mis fuerzas de ahora en adelante. Chao”.

El miedo me quizo abrazar y yo le puse las manos al frente para que no lo hiciera. Se fue arrastrando los pies y se convirtió en polvo al alejarse de mí.  O sea, que no era tan grande ni tan fuerte ni tan compacto como yo creía.

Hoy, es una anécdota.  Si hubiera seguido alimentándolo por más tiempo, lo hubiera confundido con un amigo y no estaría sentada en una hamaca frente al mar sintiéndome plena, escribiendo que lo mejor está por venir.  

Te recomiendo de Archivo: “Qué miedo ser feliz pero qué error no serlo

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

2 comentarios

  1. Siempre he tenido miedos, es más ,creo que nací con ellos, por eso a lo que más le tengo mucho miedo es precisamente al miedo. Esperó algún día poder vencerlos.