Es necesario hacerlo. Quitar aquí, poner allá, tomar de acá para rellenar más acá…  La autoestima tiene que entender que ella no escapa de hacerse retoques. Sale más barato que llevar el cuerpo.

Propongo por ejemplo tomar de nuestros logros para que nuestros fracasos no resalten tanto. Es decir, ahí están los momentos en que no nos salió lo que queríamos, en que fallamos, en que el error se hizo evidente y nos equivocamos al mil. Nadie intenta decir que no pasó. Pero por qué decirse a uno mismo que está perdido cuando ha tenido tantos logros en la vida, empezando porque si sos madre has sobrevivido a noches de llanto de tu bebé, a preguntas incómodas, a desórdenes en el cuarto, a ruidos cuando querés silencio, a jornadas de trabajo agotadoras, a berrinches…Claro que lo has hecho y lo volverías a hacer.

¿No valen todas esos minutos ayudando a hacer la tarea a tu hijo que se negaba rotundamente a hacerla? ¿No vale la terapia que le diste a tu hija para decirle que se ve hermosa, que deje de decirse sandeces, que ella es maravillosa?  ¿No vale apurarse para hacer las cosas de la casa y que todo esté donde tiene que estar (excepto los anteojos y las llaves que siempre se pierden)? ¿No vale lo rico de que llegue la noche y caigás sobre tu cama decidida a volver a empezar y tomar aire nuevo? ¿No vale llorar porque ese día querés llorar y te limpiás las lágrimas para poder seguir?

Valés tanto. Si estás soltera con hijos, tus marcas de guerra te han hecho merecedora de una medalla de ser humano luchadora. Si estás casada, tus marcas de guerra te hacen merecedora de una medalla de mujer  conciliadora.  Si estás divorciada, tus marcas de guerra te hacen merecedora de una medalla de valiente y decidida.  Si estás viuda, tu medalla es de ser humano que ama en el aquí y en el ahora y más allá.  Eso, por poner ejemplos pero en tu pecho caben muchas medallas de esas batallas que has librado desde el amor, la razón y la vida.

Sin miedo: metámosle bisturí a la autoestima. Ya es hora de que mejore, de pulirla.  La cirujana está dentro de vos esperando nada más que le digás todo lo que querés y lo que merecés. Si necesitás ayuda, pedila. Pero no te quedés hablando mal de vos misma. No se vale.  Existiendo el bisturí en tu alma, no se vale.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

2 comentarios

  1. Sonia corella on

    gracias mil veces. esa soy yo una mujer que decide ir al quirofano limpiar las lágrimas y seguir. tenes toda la razón a veces se nos olvida todo lo q hemos logrado. mientras mis hijos están cada uno en su estudio o trabajo yo estoy llorando zumbado lo q no he hecho bien sin pensar que el hecho de que estén estudiando o ejerciendo su profesión es mi logro. y solo eso merece que me ame a mi misma. gracias lizeth

  2. Rosa Rueda Meléndez on

    que triste, es increíble ver a un hombre tan guapo, en esas condiciones, esa es la ley de la vida, envejecer y junto a eso adquirir enfermedades, pero si todos oramos podemos hacer el cambio…Yo creo en el poder de la oración, hay que pedirle a Dios que lo ayude y que haga su Santa Voluntad en el Puma…..Esa enfermedad fibrósis pulmonar es poco frecuente….Que Dios lo ayude.