He decidido desconectar mi existencia de todo aquello que me una a la tristeza, al doblés, a lo que parece ser y no es.
Desconectarme, porque estar pegada a una máquina que fabrica frustraciones, no es vida, es sobrevida.
Desconectarme, porque subordinar mis sueños a la aprobación de otros es condenar a prisión el delicado privilegio de decidir.
Desconectarme porque meto al congelador mis talentos si estoy pegada a un ser humano que no me deja crecer. En cualquier ámbito, desconectar relaciones tóxicas y limitantes que le hacen sombra a la luz con la que uno ha nacido por mandato divino. Hacerle caso al Dios de la grandeza y no al pequeñito que muchos predican.
Desconectar, desunir, separar, interrumpir, desenchufar.
Despegar de ese piso. Correr el riesgo de alcanzar alzar el vuelo.
La vida es muy corta para vivir con respiración asistida, oxígeno-dependiente de la nariz de otros teniendo la propia. Olfatear mi propia ruta. Intuirla. Caminarla. Correrla. Sufrirla y gozarla. Diseñarla.
Desconectar y conectarme a la vida, a la que se mueve en el alma destinada a ser maravillosa de adentro hacia afuera; conectada a esa que no ofrece disculpas por ser, sólo es, se equivoca y rectifica, se ríe de sí misma y continúa.
Desconectarme, estar sin señal para los que confunden la hipocresía con la cortesía; abandonar el lugar adonde no pertenecen mis ilusiones. Irme.
No comprar lo que viene en el catálogo de “cosas aprendidas porque así es”. Conectarme a la bondad sorpresiva de cada día, a la sencillez de lo extraordinario que fluye, a la dignidad de mi propia esencia, a la hidalguía de pelear con corazón y razón juntos aunque a veces se peleen.
Quiero desconectarme. Vivir sin la manguera de la culpa. Respirar tranquilamente. Vivir.
Escrito por Lizeth Castro
4 comentarios
Excelente el tema. Cuánto se dificulta ponerlo en práctica.
Totalmente de acuerdo. Duele pero es la verdad. Estar en algo llamese como se llame solo por estar no se vale. Nos destruimos a nosotros mismos. Y creo eso no es vida.
Guauuuuu esta excelente!!!! Desgraciadamente hay muchísimas personas que viven así día a día y prefieren por temor a lo que se les viene ,quedarse ahí en esa zona de confort infelizmente.
Excelente.
No poder atreverse a tomar una decisión por el qué dirán, qué dirá mi familia, qué dirá mi pastor, qué dirán los “hermanos de la Iglesia”. Por haber sido enseñada equivocadamente: “no puedes hacer eso porque es pecado, tienes que soportarlo”, aunque “eso o esa situación” te haga infeliz o te esté matando. Debemos tomar nuestros propios criterios (basado en lo que es verdadero) y ser valientes y actuar. Debemos creer en nosotros mismos, de que somos capaces de triunfar, sin importar la edad, el status social, religión, o si eres mujer.-