Periodista: Wendy Arias/

Era un domingo por la mañana, descansaban en su cama y todo marchaba como de costumbre. Ella volvió a ver el rostro de su esposo recostado a su lado y notó que un extremo de su boca estaba caído. Él, no sentía ninguna molestia; sin embargo, tras la insistencia de su esposa, se puso de pie para verse al espejo, en ese momento, su brazo se quedó sin movimiento, la movilidad del lado izquierdo de cuerpo desaparecía.

Un derrame cerebral hemorrágico, llegaba para dar un giro de 90 grados a la vida de don Wilky Alpízar y doña Leidy morales. “Todo pasó muy rápido, del susto no acaté a llamar la ambulancia, le dije a mi hija y lo llevamos nosotras mismas al hospital. Al llegar, mi esposo ya no podía hablar bien, no caminaba, no se sostenía. Actuaba como una persona que abuso del licor. Tres horas después se confirmo el derrame. La noticia te deja sin palabras, es algo que no esperas, la vida no te prepara para esto, solo te pone a prueba”.

Ese día, la familia descubrió que don Wilky padecía de presión alta desde hacía varios años. No obstante, el padecimiento nunca había sido tratado. Pues realizarse un chequeo médico no era prioridad en la vida de este hombre vecino de Moravia, hasta el momento en que el derrame pasó la factura.

“ Lo internaron durante cinco días. No caía en sí, hasta que mi esposo volvió a casa e inició el proceso más difícil. Fue un cambio abrupto, era doloroso ver al hombre de personalidad autosuficiente, que no iba al médico ni por un resfrío y ahora necesitaba que le diera de comer, que lo bañara, que le asistiera.  Debía hacerme la fuerte porque ese tema podía deprimirle, el hombre suele creer que pierde su hombría si no tienen las mimas capacidades que antes y esto es erróneo.  Chequearse no es tema de mujeres o de hombres, es de los dos. Mis hijos, mi esposo y yo, entendimos que nadie está exento, pero sobre todo que el amor y la fe en Dios nos vuelve fuertes”.

Los hábitos alimenticios cambiaron para este matrimonio que cumple 27 años. La manera de ver y cuidar de su salud también. Sin embargo, aseguran que no es necesario llegar a un derrame o un padecimiento grave, si se puede prevenir con tiempo.  “Siempre supimos que mi esposo tenía sobrepeso y que eso no estaba bien. Él no aceptaba revisarse, por eso nunca supimos de la presión alta, ahora sé que muchas personas la padecen y no se dan cuenta porque puede ser un enemigo silencioso, ahí la importancia de cuidarnos”.

Tres años después de aquel derrame, de la mano de su esposa, dos hijos y médicos especialistas, don Wilky se ha recuperado satisfactoriamente. Doña Leidy  es firme en asegurar que toda batalla de la vida se gana con dos armas indestructibles: la unión y el amor, pero también, con una dosis de precaución.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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