Andy nació con sus extremidades distintas a las de todos los niños. Ningún ultrasonido lo reveló. La sorpresa se la llevaron sus jóvenes padres al nacer. En 4 años ha tenido 10 operaciones, la mayoría de ellas en sus manos pues Andy nació sin que sus dedos se pudieran distinguir.  En sus piernas tenía dos pies, así que luego de un largo proceso de deliberación y con el consejo de médicos internacionales se decidió la amputación. 

Es por esto que al tocar la puerta de este hogar, nos llamó tanto la atención la alegría que se respira.  La fe ha sido un escudo y el amor mantiene en pie a este hogar. 

Llegamos con una sorpresa navideña porque en el Hospital de Niños nos habían hablado ya de Andy, de su entusiasmo, de que ya se va a integrar a la escuela de su comunidad y de que sus papás son unos campeones. Angie, la madre, tuvo que dejar de trabajar  para asistir con Andy a sus citas, pero nos dijo algo interesante: “Estoy estudiando secretariado bilingüe porque si no mi vida se consumiría entre citas y casa.  Andy sabe que lo amamos pero también la vida continúa”.   Su padre trabaja en un call center y su mayor sueño es ver a su hijo caminar con las prótesis. “El nos da la fuerza para seguir creyendo que todo se puede”, dijo. 

En esta Navidad le dimos un regalo a Andy pero su familia nos dio un regalo a nosotros: el ejemplo de que la prueba puede unir como si fuera goma loca en el alma.  Su fuerza interior nos llenó de inspiración.  Somos nosotros los agradecidos. 

Te comparto el video de Andy.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

1 comentario

  1. Ricardo Méndez Blanco on

    Excelente iniciativa,aplaudo su esfuerzo y solo deseo bendiciones y felicidad y que dure más allá de los nietos y bisnietos