Escrito por Wendy Arias, periodista
A Valeria le gusta el atletismo, a Daniel el fútbol, a Diana ir a misa e investigar, mientras que Elián prefiere la fotografía, José André mantenerse informado sobre cualquier tema y a Celine le gusta la lectura. Todos jóvenes muy diferentes, pero con un anhelo en común, conocer de cerca la Nasa.
Estos seis jóvenes son un claro ejemplo de que los sueños se hacen realidad, cuando se camina de la mano de la perseverancia, la dedicación y el esfuerzo.
Las complicaciones económicas y sociales no han sido barrera para que estos muchachos sean líderes en excelencia académica, razón por la cual han sido retribuidos y en octubre próximo tomarán un avión rumbo a cumplir su sueño.
Los jóvenes visitarán la NASA para ser testigos del lanzamiento del satélite meteorológico GOES, que forma parte de la nueva misión de la científica costarricense Sandra Cauffman. La costarricense trabaja en La Agencia Nacional de Aeronáutica y el Espacio en Estados Unidos desde hace 20 años.
“Me puse a llorar cuando me dijeron que iba para allá, desde que tengo memoria he soñado con ir a la NASA, pero creía que era algo imposible. Hoy le digo a la gente que nada es imposible, estudien, trabajen para cumplir sus sueños”, recomienda Valeria Salazar de 17 años.
“Con la ayuda de Dios y mucho empeño se llega a cualquier parte, ya quiero estar allá, dice Celine Cordero también de 17 años.
Estos muchachos con metas claras, forman parte del programa “Soy Cambio” impulsado por la Fundación Monge, que apoya a jóvenes en situaciones de pobreza para que concluyan sus estudios.
Sandra Cauffman hizo la invitación y fue ella misma quien les dio la noticia mediante una videoconferencia. Pero no es simple casualidad o suerte lo que los hará participes del lanzamiento del satélite, la selección fue basada en las calificaciones obtenidas por cada uno mediante una aplicación digital llamada webapp.
“Pensé que doña Sandra solo nos iba a saludar, cuando nos dijo, sentí algo increíble, es un sueño hecho realidad”, asegura Elián Mora, quien un día quiere ir al espacio y ver nuestro planeta desde allá.
“La emoción que sentí no se puede explicar con palabras, para mi es algo mejor que pegarse la lotería. Yo siempre dije que iría cuando fuera grande, pero voy a ir ya. Todos tenemos que buscar lo que nos apasiona y debemos saber que no importa que tan alto construyamos un muro, sino qué tan bien coloquemos cada pieza”, dice con seguridad Daniel Aguilar de 18 años.
Diana Araya, es la menor del grupo, a sus 15 años esta apasionada por la astronomía. Asegura que siempre le dijo a sus padres que un día iría a la NASA. “Nunca creí que fuera tan pronto, cuando me dieron la noticia me dije a mi misma, me están vacilando. Esto es gracias a Dios. Hay que estudiar mucho y no creer cuando alguien nos dice que no se puede”.
José André Vega, de 18 años, también coincide en que para alcanzar una meta hay que trabajar en ella: “Todas las personas que han triunfado han tenido adversidad, nada es fácil, pero si uno quiere puede”.