Periodista: Wendy Arias/
A través del vidrio de una de las ventanas del Aeropuerto Juan Santa María, la mirada de un joven de 22 años, profunda y llena de esperanza, admiraba las montañas del Monte de la Cruz en Heredia. Esa sería la última vez que las observaría por mucho tiempo, pues dejaba su tierra para ir tras un sueño.
El músico y cantante costarricense Martín Valverde, cuenta a la Revista Digital lizethcastro.tv cómo fue, que hace 32 años, decidió tomar un avión y aventurarse fuera de nuestras fronteras. Además, nos detalla la prueba que enfrentó cargado de fe, tras un accidente de tránsito que vivió, junto a su esposa e hijo menor en marzo anterior.
“Me alegro de haber escuchado esa voz interna que tenía una mezcla sana entre: atrevimiento, confianza e imprudencia bendecida, fue bueno no estar muy consciente en aquel momento -risas-. Tuve un primer contacto por la invitación de una entidad de la Iglesia Católica, una vez en México, esto fue de gran ayuda. Luego me gustó la idea de crecer allá. Recuerdo que en el aeropuerto mientras veía por la ventana, tenía sentimientos encontrados y me atreví a abrir mi Biblia, fue justo donde decía: “Aunque las montañas cambien de lugar…, mi amor por ti no cambiará”. Y así me empoderé, Dios me anestesió con cariño. Patria es infancia, México es mi compañero de crecimiento, pero en realidad, creo que con la música he descubierto que no hay fronteras, llevo una mezcla de culturas conmigo. Ha sido un enriquecimiento fusionar mi base de formación, con todos los demás países “.
Un tico llevándole al mundo un mensaje de fe
Martín vio abrirse una puerta tras otra, perseveró y su carrera empezó en ascenso. Un par de años después de llegar a la tierra amante del picante, conoció a su esposa Lizzy, quien ha caminado de su mano desde entonces.
Sus canciones, producciones y conciertos lo han llevado a Estados Unidos, Israel, Rusia, toda América Latina, incluida Brasil y parte de Europa. Tiene producciones en portugués, italiano, inglés y español. Además, ha participado en eventos en el Vaticano: la Canonización de los mártires mexicanos celebrada en la Plaza de San Pedro, y en un Concierto Ecuménico en la Sala Paulo VI.
“No venía a batear, Dios tenía un propósito. Estuve en el momento correcto, en el momento correcto, El Papa pedía que lleváramos el mensaje de Dios y yo traía muy buenas bases de Costa Rica en teatro, música y educación religiosa. Todo esto, lo fortalecí aquí en México, claro, en aquel entonces había que picar piedra. Aquí conocí a mi esposa que es nacida en gringolandia, pero es la gringa más mexicana que conozco y sin ella no habría logrado nada de lo que he alcanzado“.
“Poder contar el accidente es un regalo de Dios”
Valverde de 54 años, es padre de Martín, Daniela y Jorge Pablo, quienes asegura, han sido piezas clave en cada etapa de su crecimiento personal y profesional. El 27 de marzo de este 2017, su unión y fe fueron puestas a prueba tras un accidente de tránsito que involucró al cantante, su esposa e hijo menor.
El carro en el que viajaban fue impactado por un camión en una carretera de Guadalajara. Martín sufrió un fuerte golpe en el cerebro que lo dejó inconsciente durante tres días; Lizzy se fracturó en más de cinco partes su pierna derecha, mientras que Jorge Pablo, se llevó la peor parte, fue sometido a varias intervenciones quirúrgicas y estuvo internado por más de 40 días.
“Poder contarles sobre el accidente es un verdadero regalo de Dios, era un día común y corriente, el último lunes de cuaresma, fuimos a recoger a Pablito y de regreso ocurrió el evento, producto de una gran irresponsabilidad del otro conductor. Una prueba difícil que hemos enfrentado juntos, pero estoy muy agradecido de poder contarlo. También agradezco, las oraciones, mensajes de apoyo y muestras de cariño que hemos recibido de tanta gente. Pablito ya está en casa en un mejor estado de salud. Somos testigos del poder con el que Dios actúa cuando nos atrevemos a orar al Padre que es amor“.
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Martin, su esposa y su hijo viajaban en el carro en el momento del accidente de marzo de 2017
Costa Rica viaja con él por cada rincón
La familia vive en México, pero disfruta Costa Rica. El músico no duda al señalar que en todo momento, lleva un pedacito de nuestro país en su corazón, así como siempre hay una bolsa de café con sello tico, en su casa.
“Volver a casa siempre me cautiva y me genera cariño, esto es algo que me gusta compartir con mis hijos y mi esposa. Ver hacia atrás es ver un paso de fe y ahora no hay fronteras. Puedo decir que soy un músico buscado, pero inesperado. Me niego a decir que llevo un mensaje católico o cristiano, para este o aquel, sino un mensaje de esperanza y fe para quien lo necesite. Ha gustado y estoy satisfecho y agradecido. A los jóvenes les digo una frase de mi esposa: Si Martín y yo pudimos, todos pueden. Siéntanse a gusto fallando, nada es a la primera, asustarse está permitido, pero perseverar es clave. Vale la pena vivir, todos los hombres mueren, pero no todos viven, con imperfecciones y metidas de pata, pero intentando. Admire lo suyo, pero también lo de los demás, agradeciendo cada paso”.
Actualmente, Martin Valverde sigue componiendo, cantando y dando conciertos; dirige su propia empresa junto con su esposa e imparten charlas de motivación y esperanza para las parejas. Es uno de los fundadores del Centro de Formación Integral Dynamis, que busca promover valores de vida, con temas en música, psicología, fe y espiritualidad.
Viaja por distintas partes del mundo y de cada lugar guarda un poquito de su cultura, pero ama el regreso a México, donde lo espera el abrazo de su familia, una tasa de café costarricense y en el corredor de su casa, un par de mecedoras con los colores y pinturas típicas de nuestro país.