William Cabezas sabe utilizar sus manos para limpiar pisos durante horas y para operar a un paciente. Su pasado está lleno de carencias que lo único que lograban era alimentar su sueño de ser doctor.

La palabra TRABAJO para William es bendición: sabe lo que es trabajar en construcción, hacer mandados, archivar documentos, ser misceláneo, y cualquiera de estos oficios los menciona con orgullo. “Algunos pacientes me dicen “Doctor vengo mal de la espalda, es que usted no sabe lo duro que es mi trabajo en construcción”; y yo les digo “Claro que lo sé, creáme que sí”.

Criado en la zona lechera de Coronado, tras horarios de cansancio extenuante, el jovencillo logró trabajar en el día en el Instituto Nacional de Seguros y sacar el colegio en la noche; luego matricularía su sueño en la universidad, el de ser médico. Con miles costos y un presupuesto sumamente alcanzado, logró graduarse y el recuerdo de esa fecha aún le arranca lágrimas: “Es un premio y volvería a hacer lo mismo que hice, aunque fue demasiado duro”.

Hoy, el Dr. Cabezas trabaja como médico en la misma institución que a sus 17 años le dio trabajo como misceláneo. Esta es su historia.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

3 comentarios

  1. Orlando Salas Benavides. on

    Muy interesante historia de lucha y perseverancia la de este médico. Honor para sus Papás y ejemplo para las generaciones del presente y del futuro. Fuente de inspiración para sus seres queridos.

  2. Brenda Calderon on

    Me encantan estas historias de superación y éxito, creo que algunas personas tienen la vida tan fácil que no valoran en realidad lo que tienen, lo felicito por ese gran esfuerzo que hoy tiene su recompensa…

  3. María Eugenia Montero Barrantes on

    Admirable esfuerzo. Lo felicito, le deseo muchos éxitos en su futuro.
    El esfuerzo, esos sacrificios tan grandes siempre son recompensados.
    Cuando se quiere se puede.
    Me da mucha tristeza cuando los jóvenes no saben aprovechar el estudio, el esfuerzo que muchos padres hacen por darles una carrera para que sus vidas sean mejores.
    Mi esposo también es un hombre que estudio con mucho esfuerzo y logro sacar su carrera y por sus excelentes primedios en la universidad logro una beca para estudiar en Francia y sacar un doctorado de estado, que sólo se le otorgaba a los franceses fue el primero y si no me equivoco el único en lograrlo.
    Por eso comprendo mucho su gran esfuerzo.
    Felicidades