Periodista Wendy Arias/

Hace 27 años, tomó el volante, una dosis de valor y un tanto de coraje. En aquel carro rojo entonces alquilado, realizó su primer servicio y desde ese día, un gran número de personas han sido transportados a su trabajo, hogar o lugar de estudio, por esta mujer que se empoderó en un espacio laboral en el que le costó abrirse camino, pero en el que hoy es reconocida por su desempeño y carisma.

Ella es doña María Elena Goulding, “La Negra”, una mujer de semblante fuerte y amable; seria y sonriente a la vez. A sus 65 años, suma casi tres décadas de ser taxista.

“Yo fui una de las primeras mujeres en ser taxista. Las críticas eran el pan diario. Incluso llegaron a decir que  andaba buscando que me violaran. Yo necesitaba el sustento y trabajar honradamente, me eché un galón de aceite encima e hice que me resbalara todo lo malo que dijeran. Lo bueno se queda, lo malo se va”, asegura con una sonrisa,

Esta vecina de Guadalupe, es madre de dos mujeres, tiene cinco nietos y cinco bisnietos. Y además, es la consejera, psicóloga y hasta maestra de todas las personas que día a día se suben a su taxi.

“Los más lindo de mi trabajo es toda la gente que se conoce. Se ha subido gente llorando, gente feliz, otros enojados, de todo se topa una. Yo dentro de lo que puedo los aconsejo, este pelito blanco no está de adorno, es porque algo sé de la vida, entonces ahí nos vamos hablando hasta llegar al destino”.

Actualmente doña María Elena maneja su propio taxi y se mantiene al pie del cañón en un  mercado cada vez más competitivo.

“Ahora ganarse el pan diario es más difícil, porque hay mucha competencia. Muchas veces he llorado pensando en que ya no hay tanto trabajo, pero hay que seguir caminando. Ayuda mucho que ahora el ambiente con los compañeros es más saludable, hay más respeto, incluso tenemos un grupo de mujeres taxista que me motiva mucho”.

En sus 27 años brindando el servicio como taxista, doña María Elena, asegura que ha recorrido muchas calles y lugares. Desataca que nunca ha estado en una situación de peligro y que ha conocido muchos tipos de personalidades.

“Nunca me han asaltado, tengo un ángel muy grande, porque sí he ido a lugares feillos, pero nunca me han hecho daño, gracias a Dios”.

Sentada en su taxi, mientras esperaba el llamado de un pasajero; así dio la entrevista a lizethcastro.tv esta mujer, que cada mañana al ser las 8:30am ya está en carretera, lista para brindar el primer servicio del día. Una jornada laboral que, concluye a eso de las ocho de la noche y de la que aún, casi 30 años después sigue enamorada.

Doña María Elena Goulding es taxista a sus 65 años

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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