En término de dos meses, don Luis supo que su cuerpo tendría que luchar contra dos enemigos. El primero se lo diagnosticaron en Febrero, un linfoma o cáncer que le comió el fémur. Y el segundo fue en abril, una Semana Santa inolvidable, cuando le dijeron que, además, tenía el COVID-19.
Su esposa y sus 4 hijos han tenido que ponerse el escudo de la fortaleza que todos reservamos para esos momentos de extrema angustia. Este, es un momento así.
Vivir el hoy
“Aprendí a vivir el hoy, a no darle mente a lo que pueda pasar mañana porque no sé que va a pasar. Es de veras, un día a la vez”, dice doña Rebeca Alpízar, su esposa, la que ha sido su compañera por 35 años.
“Jamás nos habíamos separado. Esto ha sido muy duro”, comenta, tras recordar que cuando llevó a don Luis al Hospital México porque tenía diarrea, náuseas y fiebre, jamás imaginó que lo dejarían internado como sospechoso de coronavirus y luego como paciente positivo.
Lo internaron el 10 de abril y al día siguiente fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos. Aún hoy, 9 de mayo, ninguno de sus familiares lo ha podido visitar por un potencial contagio del COVID-19.
Gestos de amor
Don Luis Soto es inspector de tránsito y este año se pensiona. Oriunda de Sarchí, en este tiempo esta familia se ha sostenido gracias a la fe pero también, según doña Rebeca, gracias a la mística de cada persona que ha tenido contacto con su esposo, en el Hospital México.
“El Doctor Marco Williams me llamó y se puso a mis órdenes. Me mantiene al tanto, por mensajes de whatsapp o llamadas. Cuando Luis salió de la UCI me mandó un video (el que compartimos en esta nota) para que yo lo viera. ¡Si supiera cuánto vale eso!. El no tiene obligación de hacer esto pero es muy especial y sabe que ver eso nos tranquiliza”, afirma doña Rebeca.

En dos meses don Luis recibió dos diagnósticos agresivos
Audios que aceleran el corazón
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Otro gesto de amor para ellos, ha sido la participación de la psiquiatra que atiende este caso. A pesar de que don Luis estaba sedado, la doctora le pidió a la familia que cada hijo y su esposa le mandaran un audio, si querían hacerlo, para ponérselo a él.
“Y yo decía sí quiero, pero no tengo que llorar para darle fuerza. Y lo pensé y lo pensé y lo logré. Le grabé un audio diciéndole “Te amo muchísimo, sos un guerrero, sos un valiente” y varias cosas más”.
Esto lo escuchó don Luis (el video se los compartimos en la nota) y la enfermera notó cómo, al ponerle el audio se aceleraron sus signos vitales. “La pisquiatra nos contó eso, y nos emocionamos”, relató.
Misas para don Luis
Recuerda doña Rebeca que la semana pasada le comentaron que un enfermero de Heredia le había pagado 3 misas, para que Dios lo ayudara y saliera de la UCI. “Y todo eso, sin conocernos, por solidaridad nada más. Imagínese cuánto hay que agradecerles”.
Estado actual de don Luis
Don Luis ya logró abrir los ojos y sentarse.
“Hoy me mandaron una foto sentado. Viera qué impresión, qué alegría verlo porque a veces uno no sabe qué va a pasar. Cada gesto de amor me ha hecho sentirme acompañada”.
Ella promete que cuando todo esto pase irá al Hospital México solo a agradecer a tantas personas que no conoce y que la han ayudado a ella y a sus hijos a ir pasando este momento con más fuerza. La fuerza que proviene del amor.