Faltan 15 minutos para las 7 de la mañana. Los gemelos Adrián y Mateo entran a materno y llevan en la lonchera un emparedado de queso, jugo y manzana en trocitos. Cada uno va tomado de la mano de su mamá Melissa Flores; la escena parece típica pero no lo es si tomamos en cuenta que hace 15 días esta madre le ganó el pulso a la muerte.

De hecho los médicos siguen haciéndole exámenes para determinar la causa de que haya sufrido 4 infartos de pulmón producto de una trombosis pulmonar masiva.

En esta mañana, en que el aire fresco les roza la cara y los tres van tomados de la mano, Melissa quiere llorar de agradecimiento: “La verdad es que lo que me mantuvo atada a este mundo fue llevar a mis gemelos a su primer día de kínder. A veces la vida te cambia en un instante y lo que vemos como rutina son pequeños milagros”.

Cuenta que los primeros 4 infartos pulmonares los sufrió en su casa pensando que “eran cólicos muy fuertes por una operación de vesícula que me hicieron”. Pero no. Cuando llegó a sentirse grave acudió a Emergencias “y ahí me dió el quinto. Los doctores dicen que por dicha me vine al Hospital porque si no, no hubiera aguantado”.

Así que cuando más emoción tenían los chicos de preparar todo para la nueva experiencia, menos pudieron contar con su madre. “Mi familia cuidaba a mis gordos, se encargaron de comprar uniformes, pegar escudos, porque ellos estaban alistando todo pensando que yo ni podría ir a su primer día”. Los médicos la mantenían en la Unidad de cuidados críticos respiratorios y consideraban inexplicable que ninguno de esos coágulos llegara al cerebro.

Melissa estuvo internada del 25 de enero al 4 de febrero y justamente le dieron la salida para que pudiera estar presente cuando sus gemelos entraran a clases. Casualmente ese mismo día ella cumplió 30 años. “Estas son situaciones que te enseñan a ser fuerte. Darse por vencido no es una opción”, dice esta madre que jamás olvidará la entrada a clases de sus hijos en este 2017.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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