José tomó la decisión más difícil de su vida, el día que le apostó a creer en lo que sus ojos no veían y desafiar a la ciencia.  Decidió no seguir con la quimioterapia.

Esa polémica decisión lo hizo abandonarse y dejarse ir en las manos del único que, según él, podía sanarlo: Dios. Por eso le pidió una gota de sangre, para que su leucemia tuviera un alto.

Esta es una entrevista posterior a la sanación de José, quien comparte con Lizeth Castro su testimonio. En esta entrevista también participa el Dr. Marcos Williams, testigo del proceso.

 

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

1 comentario

  1. Patricia Cascante Angulo on

    Dios en su gran y Amor y Misericordia el nos da salud, fortaleza, y paz yo lo vivi vñcon la muerte de mi única hermana hace 5años y ahora con la de mi madre que este 31 de diciembre cumple el año de fallecida pero si es muy duro.