Andrea y Gerardo hicieron su vida juntos en el altar de su hogar, mucho antes de que existiera la pregunta ¿Te queres casar conmigo? Fue una leucemia que quizo robarle la vida a él, lo que hizo que juntos decidieran sellar su familia -compuesta por ellos dos y sus tres hijos- con algo que ellos consideran es “broche de oro”.  Esto que los demás ven hoy, empezó en el corazón de Gerardo como una inquietud. ¿Para qué Dios me habrá dando una segunda oportunidad?  De hecho la pregunta se la hizo un médico que había visto a Gerardo al borde de la muerte. “Muchacho, yo pensé que usted no salía de esta. Tiene que llegar a entender el propósito, por qué logró superar estas crisis y esta enfermedad”.  Esa conversación hizo que Gerardo buscara respuesta y con ella vino la compra de unos anillos más un pedazo de fon y un pilot.  En un paseo -al que Andrea no quería ir- escondió algo que ni los hijos sabían que su papá tenía.  Gerardo le dijo a Andrea que buscara debajo de esas matitas y encontró un gran ¿Te quieres casas conmigo? y una flecha hacia abajo en dirección con una cajita donde habían dos anillos.  Y dice Andrea que ella no lo podía creer. “Todas las emociones eran fuertes. Saber que Gerardo ya estaba fuera de peligro y ahora que me dijera eso! ” Dice el segundo hijo de Gerardo “A Papi le temblaba todo y nosotros decíamos ay no, mirá a papi qué nervioso diciéndole eso a mami!”.  Por eso en esta boda, dentro de la Iglesia de San Rafael de Heredia lo que hay es un sello, porque la carta de amor ya había sido escrita hace mucho y sólo faltaba esta firma porque hasta la de Dios, desde hace años, ya estaba estampada en esta historia de amor.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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