Periodista: Wendy Arias/

Hace un año conocimos la historia de una luz que se mantuvo encendida en el vientre de su madre, mientras la vida de ella se apagaba. Aquel pequeño, que terminó de desarrollarse y que nació, cuando su mamá se encontraba en muerte neurológica.

Deylan, apenas cumplía mes y medio cuando su abuela, doña Yolanda Calderón, contó a nuestra Revista Digital lizethcastro.tv, cómo su corazón, estaba en medio del dolor ante la pérdida de su hija y a la vez se llenaba de fortaleza y amor, ante el milagro de la vida. Hoy, ella misma nos cuenta, cómo estos sentimientos se han consolidado. Y aquel bebé, que vimos en fotos de recién nacido, le vemos más grande, da uno o dos pasitos, ya casi camina; dice algunas palabritas y ya festejó su primer año.

“Ha sido un año de unión, de enseñanza y de amor. La muerte de Raquel siempre va a ser difícil de recordar, pero a la vez nos dibuja una sonrisa, porque para mí, hubo un milagro, fui bendecida. De cierto modo, Dios me la devolvió en pequeñito”.

Raquel tenía 22 años cuando su vida se apagó. Estando embarazada, se le diagnosticó un tumor cerebral del que fue intervenida quirúrgicamente. Sin embargo, un mes después cayó en muerte neurológica. Los médicos del Hospital Max Peralta de Cartago, le mantuvieron por 27 días, para que Deylan alcanzara un buen desarrollo de sus órganos y el peso adecuado para nacer. Nació el ocho de febrero del 2016 al cumplir 30 semanas de gestación, estuvo mes y medio en el centro médico y luego se fue a casa con sus abuelitos, quienes le han dado el abrigo, cuidado y cariño para que crezca de la mejor manera.

“En estos días dio un par de pasitos, dice alguna que otra palabrita y está muy bien, es muy dulce, me recuerda mucho a su mamá. Es muy bueno, yo no sé lo que es despertarme en las noches a hacer un chupón o levantarme de madruga porque él llora o se desvela. Es muy bien portado, o será que Raquelita me lo cuida en las noches – Asegura con nostalgia, pero con confianza-. En el día se pasa jugando con los hermanitos y cuando tiene hambre pega un gritillo o hace señas, es muy inteligente.

Deylan es el menor de tres hermanos, el mayor se encuentra cursando el segundo grado de la escuela y el que le sigue tiene tres años y medio de edad. Doña Yolanda de 46 años, cuida de sus tres nietos junto a su esposo Walter Chaverri. Ambos aseguran que se sienten afortunados. “Raquel era la menor de mis hijos, yo ya me había olvidado de los chupones, los pañales, la escuela y estas cosas -dice entre risas-. Pero volví a aprender todo, cambiar pañales, calentar lechita y hacer tareas. Me siento feliz de hacerlo, ellos me enseñan y yo les enseño. Mi esposo me ayuda mucho”.

Estos vecinos de Orosi de Cartago, aseguran que recuerdan a Raquel en sus tres hijos, y no dudan en señalar que Deylan ha sido esperanza y fortaleza en su familia. En medio de amigos y vecinos, el pequeño celebró su primer cumpleaños, rodeado de sonrisas, juegos y el amor de sus abuelos.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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