Su vida era la de una “mujer exitosa”, o por lo menos así lo consideraba en ese momento. Luego de episodios llenos de oscuridad, hoy sabe que el verdadero éxito fue salir del hoyo de la depresión que la llevó a pensar en suicidio, aún siendo madre.

Matrimonio roto, deudas que ahogan

La protagonista de esta historia, vio su vida derrumbarse hace cuatro años cuando todas las situaciones que llamaría “desgracias”, sucedieron juntas.

Un matrimonio de 15 años llegaba a su fin con el abandono de su entonces esposo. Se le une a eso, la quiebra de su empresa.

Al mismo tiempo que su empresa quebraba tras años de dedicación, las deudas la ahogaban y la hicieron sentir que ya no había tiempo para surgir.

Hoy,  esta mujer dibuja así un cuadro que la llevó a pensar en la autodestrucción:

Mi exesposo siempre fue empleado y ordenado con el dinero, yo tengo alma emprendedora y tenía mi propio negocio, me iba muy bien. Llegué a tener más ingresos que él y asumí completamente el rol de cabeza de hogar. Él se sintió desplazado, me reclamaba no estar en casa, decía que lo ponía de último y así era. Yo estaba enfocada en mi trabajo y al ver crecer mi empresa, quise diversificarla, hacerla más grande y tomar el riesgo de endeudarme, pero, esta vez no salió bien. Confieso que no fui la mejor administradora y que me alejé del tiempo en familia”.

Un mensaje de texto devastador

Asistieron a terapia de pareja y ella se mostró dispuesta a salvar su unión, sin embargo, una mañana su esposo fue a dejarla al trabajo con normalidad, llevó a su hijo al colegio y por la tarde, escribió un mensaje de texto que decía que había recogido sus cosas de casa y se había ido.

“Entré en estado de shock, yo pensaba que todo estaba bien. Pasé una semana sin comer, sin ir al baño, sin hablar con nadie, sin prestar atención a mi trabajo. Llegó el viernes y una señora con la que cerraba un trato me dijo: qué te pasa, tenés cara de cansada y con eso bastó para que tuviera un colapso nervioso”. Todo esto se resume en una sola palabra: depresión.

Faltaba lo peor

Su relato continúa porque lo peor venía:  “Me llevaron al hospital, me dieron una receta verde, que es una gran cantidad de pastillas; desde ahí, todo se desboronó. Él se marchó, me enteré de que me había sido infiel, mi empresa cayó y aquello fue como una bola de nieve”.

La separación fue en agosto. Para diciembre su empresa ya estaba quebrada y en enero el divorcio firmado.

El fin de su matrimonio y deudas, la llevaron a la depresión

El fin de su matrimonio y deudas, la llevaron a la depresión

El duelo era doble, la persecución por deudas se hacía presente y las llamadas para cobros eran cosa de todos los días, a toda hora. Pero lo que más dolía, era el dedo acusador de su exesposo y el de tantas personas a su alrededor.

“Me sentí en un huracán, un día pensaba que era una mujer honesta, trabajadora y recta y al otro estaba siendo tratada de ladrona y deudora. Un día tenía un matrimonio y al otro ya se había acabado. Me sentía fracasada, tonta, fea, culpable. Él me decía que todo era culpa mía y yo lo creía”.

Una madre y un pensamiento llamado suicidio

“Yo no juzgo a las personas que piensan en la muerte, porque yo me quería morir. La depresión es un dolor que desgarra por dentro y que no deja pensar en que sí hay opciones. Las mujeres, mamás, también pensamos en morir. La sociedad nos acostumbra a solo dar y no recibir, pero somos humanas y todas enfrentamos los problemas de maneras diferentes”, nos dice esta mujer que decidió abrir el corazón ante nuestra revista para ayudar a otros.

Muchas personas le recomendaron incluso irse del país y ella no veía más allá. Recuerda que se sentía huérfana aun teniendo a sus papás y en medio del dolor, su hijo también pensó en quitarse la vida, estuvo en un tercer piso buscando lanzarse.

Las pastillas resultaban las cómplices perfectas para acabar con todo

Sanar las heridas

“Imagínese, cuánto daño y cuánto dolor, invisible ante la depresión, sin ni siquiera pensar en lo más grande que Dios me dio que es mi hijo. Una amiga, de esos ángeles que Dios pone en el camino, me insistió para que la acompañara a una Hora Santa (espacio de oración católica) y yo para quitármela de encima fui. Desde ese momento, encontré poco a poco la paz. Fui sanando heridas, un acercamiento espiritual que me llevó a redescubrir el valor de mi hijo y el mío. Me perdoné y hoy somos dos consagrados al amor de Dios”.

Al fin la luz

A la fecha, las deudas de esta mujer de 44 años no han sido saldadas del todo, pero ha aprendido a sobrellevarlas, volvió a emprender su propio negocio y ayuda a otros a hacerlo orientando con su experiencia.

Hoy su vida es mejor a la que tenía antes y ha consolidado el vínculo con su hijo. Tuvo personas al lado que  le escucharon. Sin embargo, es consciente de que no todos logran salir con éxito de la depresión y asegura que la sensibilidad es cada vez más ausente.

“Nadie está exento, hay detonantes diferentes para todos. En mi caso, yo no sabía que tenía dos talones de Aquiles: mi trabajo y mi matrimonio. La gente señala muy rápidamente, yo lo hacía, llegué a decir: ¡Qué cobarde ese quitó la vida! No nos ponemos en los zapatos de otros y subestimamos. Vemos una persona desesperanzada y no somos capaces de dar una palabra de aliento sin juzgar. Mi hijo ni se imagina todas las palabras de esperanza que me dio y me hicieron echarme para atrás para no matarme. Tantos ángeles que me abrazaron. Pero no todos tienen la dicha que yo tuve y todos son ayudados, restamos importancia a las situaciones y no tenemos sensibilidad con el que está al lado. Mi invitación, es a ser misericordiosos, no tomar la depresión a la ligera, pues son muchos los que no tienen mi suerte”.

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Periodista: Wendy Arias.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

15 comentarios

  1. Muchas mujeres luchamos contra la depresión es un asesino que duerme anuestro lado ..esta persona es digna de felicitar pero mas aun por compartir este testimonio que nos ayuda a muchas que vamos en ese calvario aver pequeñas luces de esperanza .

  2. Brenda Calderon on

    Uyyyy, a veces como duele ver a otra persona contar tu historia de forma similar, claro la depresión hace en una persona estragos, lo hace pensar en un montón de soluciones incorrectas, ángeles siii existen, esas amigas del alma que te ven llorando por dentro aunque no llores, una de esas me salvo a mi, estuvo ahí pendiente hasta que igual me llevo a lugares de oraciones y logre salir de esa oscuridad que era mi vida, quiero aplaudirme, aplaudir a cada mujer que logra salir de esa oscuridad, no es nada fácil, hay días complicados en ese proceso, mujeres no dejemos que otros terminen con nuestros sueños, sueñen y vuelvan a soñar………….

  3. Amadita sequeira chaves on

    Es incredible el dolor que se siente y uno siente que nadie lo entiende es un luger oscuro donde no se ve mas que dolor ..bendito Dios que saliste de ahi

  4. Ana Benavides Álvarez on

    Que gran testimonio, sólo la fe en Dios nos ayuda en momentos de desesperación para avanzar y ver la luz al final del túnel

  5. Xinia Alvarado@ on

    Exl testimonio de vida. Doy gracias a Dios por la oportunidad que te dió. Y lo importante es entender que la salida está en Dios. Me imagino que cuando se está en momentos como ése,no hay lógica que te haga reaccionar, hasta que encuentras en Dios tú salida. Dios te sostenga y continúe fortaleciendo a tí y a tú hijo. Ya que ellos son afectados por nuestra conducta. Adelante, nunca te sueltes de la mano de Dios. Porque Él nunca nos suelta.

  6. Haber sido abusada de niña y adolescente,luego perder a mi padre siendo muy joven,luego mi esposo me abandona por otra mujer teniendo 3 hijos muy pequeños conmigo y no tener trabajo yo y estar a punto de perder mi casa.Todo eso me conllevó a entrar en fuerte depresión que me duró unos 7 años. Casi me vuelvo loca. Hasta que con Dios y la ayuda de mi familia e hijos que fueron mi fuerte me hizo salir adelante y logré conseguir un trabajo saldar deudas y sacar adelante a mis tres hijos y estudiar y volver a casarme de nuevo.Todo eso lo viví yo en un mundo negro y un deseo profundo de morir pero fui fuerte en medio de mi debilidad y hoy por hoy sí tengo problemas más que todo con mis hijos que son bastante difíciles,pero les puedo decir q todos los dias le doy gracias a Dios por haberme sanado y poder hoy llevar una vida diferente y próspera en Cristo Jesús. De vez en cuando me siento mal por los problemas que enfrento a diario con mi mamá muy mayor y enferma y algunos problemas de salud mios tambien pero yo estoy alerta y siempre me levanto y no caigo de nuevo.O sea me doblo pero no me quiebro.Bendciones mujeres ustedes tambien pueden lograrlo en el nombre de Cristo y sean fuertes y valientes .Y a los familiares apoyen sin criticar,mo saben lo importante que puede ser.Porque una parte la hace Dios otra los medicamentos pero otra la familia y amigos. Nadie tiene depresión por gusto.

  7. Rosa Elena Robles Tencio on

    Hola ! La depresión es real y muy pocas o casi nadie presta real atención , yo soy una sobreviviente, caí me levanté muchas veces y aún con mucho esfuerzo sigo luchando, divorciada por violencia doméstica con un marido q siempre fue infiel, no podía salir ni surgir, jamás nada para superarme, hasta q mis hijos me dijeron mami , debes dejar ya a papi, al ver el daño ya no solo era a mi si no la clase de vida q les daba a mis hijos no era justa, me quitó todo al punto q hoy día lo que llevamos puesto es nuestro porque en unos años debo desocupar la casa que es de el , estoy pulseando el bono, en espera de la misericordia de Dios para que me siga amparando esto no de manos cruzadas y sin luchar , ahora trabajo ,estudio, lucho y demuestro al mundo con mi testimonio q si se puede, tomo medicamentos uhhh siii pero me ayudan y los necesito pero lo más importante lo aporto yo escuchando y sintiendo el amor de Dios que es mi gasolina diaria…

  8. Nury Gisela Alfaro Fallas on

    Hace poco que leí del suicidio de una madre que se lanzó del puente junto con su hijo, mis lágrimas brotaron sin control y solo le pedía a Dios su Misericordia para ella. No me podía explicar la dimensión de su dolor para haber tomado esa decisión, pero si sabía cómo es sentir que ya no tenés ninguna esperanza, ninguna salida. En mi caso también se debió al fin de mi matrimonio de 28 años. Me casé de 19 años, o sea, terminamos de crecer juntos mi esposo y yo! Ambos teníamos la misma edad. Yo no quise tomar antidepresivos y lo único que hacía era llorar y estudiar (regresé a la Universidad y eso me mantenía ocupada). No comía, no dormía, hasta que un día ya no podía más y le dije a Dios que ÉL sabía que yo era incapaz de atentar contra mi vida pero, que por favor tuviera Misericordia de mi y me la quitara Él. Que yo ya no me iba a hacer responsable de mi vida porque simplemente ya no quería vivir. Total, yo siempre le había pedido que me permitiera ver crecer a mis hijas para que no tuvieran que sufrir con una madrastra y ya ellas eran grandes y podían defenderse; que yo no soportaba vivir un día más porque “hasta respirar me dolía”. Y qué si me dejaba con vida, me guiará a lo que quisiera que hiciera con ella porque yo no movería ni un dedo, simplemente ya no quería vivir. Y me volví a quedar dormida llorando. Cuando desperté (como a las 10 am del día siguiente) mis hijas estaban desesperadas y a punto de llamar al 911, preocupadas porque no despertaba y sabían que tenía mucho sin dormir bien. No lo hicieron porque vieron que yo si respiraba. No les puedo explicar qué pasó, pero yo me desperté sin la opresión en el pecho que no me dejaba respirar y con una paz inmensa en mi ser, que jamás había sentido! A partir de ese momento, nunca más tuve pensamientos negativos. Por eso creo en Dios, porque Él me demostró que si me escucha y tuvo Misericordia de mi, no solo ese día, sino que siento su compañía en todas las cosas de mi vida. Por eso les comparto mi testimonio.

  9. Dos gobiernos proburocracia y antiemprendedores llevan casi 10 años a la
    Quiebra a medio CR soy economista y siempre he sido emprendedora y este sistema economico premia ser empleado publico castiga al que se le ocurra lo contrario y las municipalidades complices . No me extraña que se quiera suicidar quien amaba su empresita cuando hoy dia tenes que ir a pedir brete a un call center (que no pagan Renta) es ridiculo eliminar empresarios y municipalidades que dan problemas para operar . Estupido el emprendedor es innovacion y parte del ecosistema van a causar un desastre economico a como vamos Dios nos salve

  10. Rosa Aguero Muñoz on

    Cualquier ser humano que logre salir adelante luego de una depresión merece respeto y admiración. Juzgar es el peor error que cometemos y no dar importancia a la situación es otro. Escuchen y apoyen a las personas que están a su alrededor sean familia o no. Una palabra, un consejo puede ser la diferencia. Saludos.

  11. Yamileth Duarte López on

    Yo nunca he tenido una depresión, pero imagino que debe ser horrible.
    Que alegría da saber cuando alguna persona supera ese tipo de situaciones.
    Que bien que ella buscó refugio en Dios, porque si hay algo cierto es que nunca debemos poner nuestra fe y esperanza en seres humanos o en cosas materiales. La fe y la esperanza debe estar siempre en Dios. El nunca nos faltará. Tengan la seguridad.

  12. Yesenia Herrera on

    Muchas veces al sentir como la vida nos agobia pensamos en el suicidio y lo digo xq yo lo he pensado el dólor de wiei hija se fuera de la casa y me trate como si yo nunca hubiera estado a su lado me devasta y siento ganas de abandonar está triste vida y saber que uno siempre está para todos pero a nadie le importa tu dolor xq todos solo dicen olvide la como si fuera tan fácil.

  13. Natalia Navas Poveda on

    Que gran enseñanza, de fe, y su testimonio, toca mi corazón, para seguir adelante. Gracias por compartir su vivencias. Un abrazo grande.

  14. Mireya Guadamuz Sánchez on

    Todos los comentarios los entiendo y este es mi situación solo Dios nos cuida y sostiene y nos ayuda cuando sentimos perder la esperanza y la Fe de pronto vendrá la salida