Periodista: Lorena Bogantes
Sucede que hay fechas que nunca se nos olvidan, que nos marcan, que nos parten la vida en un “antes” y un “después. Y sucede que hay personas que pasan a palabras todo su miedo, su coraje, sus momentos inolvidables y su fe. Ella aprendió a mantenerse con la frente en alto a pesar de los duros momentos de prueba por los que tuvo que pasar durante algunos meses, pero además descubrió en medio de las circunstancias que la oración es poderosa y que aún se puede tener fe en la humanidad.
Marcela Fallas Mas es hija del destacado personaje de la política Helio Fallas (actual Ministro de Hacienda y Vicepresidente de la República) y recientemente escribió “Aquel 30 de mayo” donde recopila y relata lo sucedido aquella fecha en el año 2008.
Quizás usted recuerde haber escuchado o leído hace casi ocho años la noticia de un accidente en el conocido aeropuerto de Toncontín en Tegucigalpa, Honduras. En el avión viajaba Don Helio, quien se encontraba fuera de Costa Rica por trabajo; aunque con graves lesiones, él fue uno de los sobrevivientes, y sobre esto es que trata la historia que Marcela decidió recordar con dedicación especial a sus hijos en las 112 páginas de su libro.
Un relato, que empezó a reconstruir desde poco después de sucedido el accidente, pero hasta finales del año pasado pudo concluir; escrito de manera tan detallada que, a pesar de saber que su padre aún vive tiene la capacidad de hacernos revivir con ella esos momentos de dolor, de fe, de alegría.
Sin duda alguna no es lo mismo recibir la noticia de que se padre se encuentra en un hospital en su propia tierra a tener que tomar un avión e irse a otro país, ella y su familia debieron tomar decisiones de manera rápida, tuvo que dejar a su esposo con solo seis meses de casados y saber que estaría allá por tiempo indeterminado, pues la condición de salud de don Helio fue complicada e incierta durante algunas semanas.
A pesar de esta dura experiencia Marcela supo destacar las cosas positivas que rodearon la situación: el apoyo del resto de su familia, aprender a reír mientras vivía días difíciles: “no podíamos estar todo el día tristes” comentó; la aparición de “ángeles” en el camino que se unieron a sus oraciones y les brindaron apoyo sin siquiera conocerlos lo cual la hace mantenerse firme en que la humanidad no está tan perdida como otros dicen.
Pero sobre todo supo sentir a Dios, a quien dice que nunca le reclamó por lo sucedido y pudo además los diferentes milagros que sucedieron para que su papá no muriera “Aquel 30 de mayo” y que hoy esté cumpliendo parte de lo que aún tenía pendiente Helio Fallas: conocer a sus hijos.
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