Viene al año nuevo, despertá. No dejés que se oxiden las manecillas del reloj; no permitás que parezca viejo, sucio y descuidado. Viene el año nuevo, amanecé. Desperesate, estirate, quitá la cortina de la ventana. Limpiá bien el vidrio, pasale la mano, un trapo, algo que le quite lo empañado que está.
Viene el año nuevo, quítate de ahí que hace rato estás sentado y hay todo un camino hecho para vos y para nadie más. Viene el año nuevo, tan nuevo como querrás, tan perfumado o tan nauseabundo como decidas, tan grande o tan pequeño, tan largo o tan corto, tan anémico o rosadito, tan débil o tan fuerte como te lo imaginés.
¿Y cuándo empieza el año nuevo?, me preguntás. Y yo te digo pues ya!, ya amiga mía, ya mi amigo, cuando dejés de cargar con muertos del pasado que huelen mal. Nadie puede avanzar con un caballo en la espalda. ¿Cuál es tu caballo? ¿Te dejaron?, te dejaron; ¿te amaron?, te amaron; ¿te engañaron? a veces pasa; ¿te hicieron reír?, ¡qué bien reíste!; ¿te sacaron a bailar?, bailaste. Hoy la historia es otra. Talvez tu presente amerite otros protagonistas y no aquellos que creíste serian parte de la obra siempre. Dale chance a la vida de presentarte gente nueva, de conservar amigos verdaderos, de pelear amores que valgan la pena, de conocer otros latidos. Talvez alguien amado se adelantó a tu partida pero está en tu corazón y nadie de ahí lo sacará, así que agradecele que existió, jamás lo olvides para que no muera y seguí caminando por favor. Parate, que la vida espera por vos y sólo vos podés decir ¡Presente! cuando el Dios del Amor pase lista y diga tu nombre.
Viene el año nuevo, pintalo con fe, pero que sea tu pintura; equivocate, rectificá, amá, soltá, viví. Feliz Año que empieza cuando vos querés que empiece.