¿Cómo saber si tenés un corazón fuerte?

Cumple con estos requisitos:

El corazón fuerte es aquél que tiene heridas. De hecho, es fuerte porque las tiene. Este corazón confesará que creyó y lo decepcionaron, amó y no lo amaron, él iba en serio y jugaron con él, apostó sus latidos por ganar y perdió.

El corazón fuerte esperó con ansias el camión de la basura y subió varias bolsas con resentimientos, recuerdos tóxicos y frases de desamor llenas de moho.

El corazón fuerte se vio en el espejo y tenía tantos golpes que decidió darle tiempo al tiempo para que los moretones fueran bajando de intensidad y desaparecieran. Mientras tanto, en su computadora hizo una lista de aprendizajes encabezada por “Ser más cauto a la hora de confiar”, seguido por “Dé y reciba. No sólo dé”.

El corazón fuerte encontró su propia razón de ser, su propósito y no responsabiliza a otros de su felicidad o su tristeza; o sea, es un corazón que sabe decidir.

El corazón fuerte se sabe vivo. Por las noches ora hincado y da las gracias por los latidos de hoy y de una vez por los de mañana, porque en fe espera y cree. Sabe que él fue diseñado por manos perfectas de un Ser Supremo que entiende cuando a veces es cansado el camino, pero que da el aliento para seguir palpitando emocionado porque cada día es nuevo.

El corazón fuerte sabe qué lo debilita: La costumbre y la resignación son sus enemigos. Jamás renuncia a lo maravilloso que puede resultar volver a creer, abrazar, sonreír, expresar, palpitar, a pesar de todo. Despide al miedo y contrata a la fe para estar en su equipo. Sigue, sigue y sigue. ¿Así es tu corazón?

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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