Madres fuertes, mujeres fuertes, parejas fuertes, niños fuertes, trabajos fuertes… ¿De veras? ¿Será así o es sólo apariencia? ¿Qué es ser fuerte?. La fortaleza siempre ha sido aplaudida. La persona con la sonrisa eterna y el mensaje de que todo está bien es “Señorita amistad” en cualquier oficina. Pero la pura verdad es que ser fuerte es también darse el chance de llorar y quebrarse.
La famosa con más seguidores en Instagram es la joven Selena Gómez (la siguen 69,3 millones de personas); hace dos meses se supo que padece de lupus y se le dejó de ver. En la reciente premiación de los American Music Awards se levantó a recoger el premio por Artista femenina favorita y dejó al auditorio -lleno de lujos y de fans-, desnudo y mudo ante una gran verdad: “Tenía todo y estaba absolutamente rota por dentro y traté de mantenerme como si nada, lo suficiente como para no defraudarlos, pero traté de hacerlo demasiado hasta que me decepcioné a mí misma.”
Los fuertes “por fuera” tienen un gran compromiso: quedarle bien a los demás. Los fuertes completos, íntegros tienen un gran gozo: quedarle bien a uno mismo sin fijarse en los demás.
Barrer y sacar la basura es el equivalente a llorar. Quebrarse, hablar con lágrimas gordas saliendo del alma, también es algo que le sucede a la gente fuerte. Y si su fortaleza es real, se levantarán sin opción de seguir en el suelo.
Ya lo cantó la inmortal Mercedes Sosa: “Vamos decime, contame todo lo que a vos te está pasando ahora, porque si no cuando esté tu alma sola, llora. Hay que sacarlo todo afuera, como la primavera, nadie quiere que adentro algo se muera”.